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Piaroas con computadoras

Piaroas con computadoras

Miguel Lozano

Caracas.- En el contexto de un proceso de inclusión en curso, comunidades indígenas venezolanas encuentran en el sector cooperativista un asidero para su desarrollo, sin alterar los valores colectivos de esos grupos.

La integración de las nuevas empresas se sustenta en las tradiciones de las poblaciones, su hábitat, cultivos y formas de vida, a lo cual de una forma natural se van incorporando las técnicas y tecnologías más modernas.

En uno de los programas Aló Presidente, en los que el presidente venezolano, Hugo Chávez, intercambia criterios con diversos sectores de la población, Reinaldo Machado, con su vestimenta de indígena piaroa, se sentó delante del Jefe de Estado para exponerle un listado de necesidades de su comunidad.

Contrario a lo que pudieran pensar quienes juzgan a las personas por su apariencia, Reinaldo, de 24 años de edad, con sus collares y exigua vestimenta, es técnico medio en Agronomía y dirige la planta procesadora Arumecha, que utiliza la piña dulce de Amazonas.

El forma parte de los algo más de 500 mil habitantes autóctonos oficialmente censados -aunque el número real debe ser mucho mayor- distribuidos en unas 30 etnias, ocultos por siglos de marginación.

En su encuentro con Chávez, Reinaldo solicitó “una computadora para llevar el control de las plantas, ya que nuestra comunidad se viene preparando para utilizar esa tecnología”.

Esta conversación, presenciada en vivo por millones de personas en la televisión, es reveladora del enfoque de los programas puestos en marcha por el gobierno venezolano, que dieron lugar a cooperativas como la Arumecha, integrada por 47 personas en la comunidad de Betania del Topocho, estado Amazonas.

Piaroa significa en su idioma “gente del monte” y allí vivían, como sus ancestros, olvidados en el pasado, pero ahora con nuevas esperanzas, explica Reinaldo.

La cooperativa fue creada en 2004 e iniciaron las labores de forma artesanal, luego las autoridades le entregaron una planta eléctrica y le facilitaron un camión para transportar el producto sacado de 130 hectáreas de tierra.

El proyecto se imbrica en lo que las autoridades denominan planes de desarrollo endógeno (desde adentro) mediante los cuales las comunidades reciben apoyo para su propio adelanto con los recursos naturales que poseen.

En el caso de Betania del Topocho la empresa aprovecha miles de kilogramos de piña que se perdían ante la posibilidad de procesarlas o de comercializarlas.

En la misma región de Amazonas han surgido proyectos similares para la producción de copoazú (familia del cacao), ganadería y producción de leche y miel.

Las producciones de las comunidades indígenas se incluyen en un proyecto general de reactivación del agro venezolano, abandonado ante el auge petrolero, hasta el punto que el país importa alrededor del 70 por ciento de los alimentos.

En relación con los pueblos autóctonos, Venezuela cuenta desde 2007 con un Ministerio de Asuntos Indígenas, encabezado por Nicia Maldonado, una yekuana del Alto Orinoco, además de un programa social denominado Misión Guaicaipuro, en honor del cacique de Caracas que encabezó la resistencia ante la colonización española.

También la Constitución vigente, aprobada en 1999, durante el primer año de gobierno de Chávez, es considerada de las más avanzadas en este tema en América, al reconocer la existencia de pueblos y comunidades autóctonas, su organización social, económica y religiosa.

Adicionalmente el parlamento aprobó una Ley de Hábitat y Demarcación Indígena, una de cuyas inspiradoras fue Noelí Pocaterra, miembro de la etnia wayúu, primera indígena en ocupar la vicepresidencia del parlamento venezolano en toda su historia.

Como resultado del proceso inclusivo, las comunidades aborígenes eligen a sus propios alcaldes, concejales y diputados, parte de una revaloración que permite a un piaroa como Reinaldo sentarse delante del Presidente de la República, tutearlo para agradecerle, pero también para demandarle seguir adelante con sus proyectos.

Señor Presidente, esto es lo que te pedimos a ti para que nos ayudes a seguir con la revolución indígena en Amazonas”, expresó luego de leerle sus pedidos, todos con un propósito productivos.

El ministerio de Ciencia y Tecnología, dijo, nos dotó de las máquinas para despulpar la piña, ahora hesitamos un “freezer” mayor, pues el actual tiene capacidad de 560 paquetes, pero el potencial productivo es mucho mayor, expresó.

Se trata de un nuevo concepto que nada tiene que ver con las limosnas del pasado: pedir para trabajar más y avanzar en un desarrollo del que se les pretendió marginar durante 500 años.

Fuente: Prensa Latina

4 comentarios

yooooooooo -

hay no puras estupideces nada bueno yo necesito informacion buena no estupideces

my -

Na yo necesito es la vestimenta no estupideces

Yo -

Que malo es eesta paaginaa muy mala :( No sale nada de informacion pura estupideces

daniela -

que chimbo valeee no me sale nada sobre los piaroas no me sale como se visten okis que malo es esto valleeeee