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Cooperativas en Cuba

Cooperativas en Cuba

MIguel Lozano
Quizás se deba a la atención particular con que los cubanos preservan las cifras de su economía, en un esfuerzo por contrarrestar los planes estadounidenses de golpear sistemáticamente este sector prácticamente desde 1959.
Puede tratarse también de los intentos de sus enemigos de imponer una imagen determinada de control estatal absoluto en la isla y escamotear aquellas informaciones que la contradicen,
Tal vez sean esos dos factores junto a otros más pero lo cierto es que muchos se sorprenden al conocer que en Cuba una parte considerable de la producción de alimentos está en manos de campesinos individuales y cooperativas.
El sector cooperativo y campesino cubano produce hoy el 88 por ciento del maíz y los frijoles, 80 de los frutales, 62 de las hortalizas, 95 de tabaco, 60 de café y realiza aportes considerables de ganado vacuno y la producción de leche.
De hecho las condiciones para el crecimiento del movimiento cooperativista cubano se crearon con la revolución a partir de las reformas agrarias realizadas, la primera de ellas el 17 de mayo de 1959.
Según los últimos reportes, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) cuenta con unos 325 mil miembros integrados a las Cooperativas de Producción Agropecuaria y de Créditos y Servicios.
Una característica de estas últimas, propuestas en 1998 por el presidente Fidel Castro, es que cada miembro mantiene la propiedad de sus tierras, recursos, medios de producción y cosecha.
Estas asociaciones deben estar regidas por un Consejo de Administración y una cuenta de operaciones bancarias de medios colectivos para prestar servicios a los asociados, comprar la producción y comercializarla, entre otros propósitos.
Lejos de desestimular las cooperativas, la ANAP ha anunciado –por el contrario- acciones para su fortalecimiento como el establecimiento de precios más ventajosos para los productores.
Entre los proyectos adelantados por el presidente de la ANAP, Orlando Lugo, durante el 48 aniversario de la primera reforma agraria, destinada a la recuperación de latifundios, en su mayoría de compañías estadounidenses se incluye la apertura de aulas rurales para incrementar la educación económica del sector.
Pese a factores negativos como la sequía de años, dificultades externas inherentes al bloqueo estadounidense y deficiencias internas como impagos y desvíos, Lugo consideró posible el incremento de producciones para satisfacer la demanda interna.
A 48 años de la reforma, el movimiento cooperativista es un factor tan importante como desconocido de la isla, igual a otros elementos distorsionados en el contexto de la hostilidad estadounidense y su invisible, pero existente, muro caribeño.
Fuente: Reporte/Prensa Latina

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