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Venezuela- La derecha se proclama centro

Venezuela- La derecha se proclama centro

Miguel Lozano

Caracas.- De un viejo político mexicano se cuenta que ante una encrucijada de tres caminos ordenó a su chofer: "pon el indicador a la izquierda, saca la mano para la derecha y sigue por el centro".

Descartando el camino de la izquierda, la oposición venezolana busca hoy aplicar una variante de esa táctica, al anunciar un giro hacia el centro, en un intento de mantener la orientación de derecha por un camino empedrado de derrotas desde 1998.

En medio de pitos y tambores, el anuncio fue hecho por los dirigentes del partido Primero Justicia (PJ), en su primer Congreso Ideológico, Político y Doctrinario, realizado en Caracas el 12 de octubre.

Julio Borges, presidente de la organización, indicó que desde ahora los "auri-negros" (por los colores que les distinguen) se guiarán por un "centro humanista", como alternativa al socialismo propuesto por el presidente del país, Hugo Chávez.

Este enfoque busca -expresó- la reivindicación de los derechos humanos y civiles y la igualdad de oportunidades como vía para terminar con las desigualdades.

De alguna manera la trayectoria de Primero Justicia ilustra los cambios ocurridos en la política venezolana desde 1998, cuando Chávez venció en las elecciones presidenciales a una maquinaria de derecha que había gobernado el país durante casi medio siglo.

El triunfo chavista demostró en primer lugar la aparición de una nueva fuerza, capaz de gobernar, ante el desprestigio de los partidos tradicionales Acción Democrática y COPEI, unidos por un acuerdo para la alternancia en el poder.

La política aplicada por las dos organizaciones dejó una nación con más de la mitad de la población en la pobreza, pese a los cuantiosos recursos naturales del país suramericano, quinto exportador mundial de petróleo.

El primer intento de la oposición fue tratar de deslindarse de la responsabilidad de ese pasado dominado por la desigual distribución de la riqueza con la consecuente injusticia social.

Los desprendimientos de AD y COPEI tuvieron ese propósito evidente con la formación de nuevos partidos como Un Nuevo Tiempo, liderado por el gobernador de Zulia, Manuel Rosales, pero también con la forma más sutil de las llamadas organizaciones no gubernamentales.

El descrédito de la política tradicional dio paso en gran medida a la aparición de organizaciones y personajes que declaraban no ser políticos, aunque asumieron una posición de enfrentamiento contra Chávez, incluso algunos de ellos con posiciones golpistas.

Primero Justicia nació de esa corriente en 1992, fundada por jóvenes del este de Caracas, zona residencial de los grupos económicos favorecidos, expresión en ella misma de las diferencias sociales del país.

Ya en 2000 finaliza su transición a partido político y deja atrás una máscara de asociación civil difícil de mantener, aunque otras organizaciones como Súmate intentaron mantenerla.

Con su congreso de octubre de 2007 la organización da un nuevo giro también referencial en la política venezolana actual: nadie quiere ser tildado de derecha en un país donde la mayoría de la población perdió en los últimos ocho años el miedo al socialismo.

Es así como nacido del sector privilegiado por la desigual distribución de riquezas y en un intento por restablecer las reglas que la propiciaron, el partido surgido en la zona rica de Caracas, se ubica hoy en un "centro humanitario" y aboga por justicia social.

Para muchos observadores, incluyendo la abogada venezolano-estadounidense Eva Golinger, Primero Justicia es resultado de las pruebas de laboratorio de la Embajada de Estados Unidos en su búsqueda de fórmulas para parar el ciclón chavista.

Basada en documentos desclasificados, Golinger ubica al partido como uno de los receptores de fondos públicos estadounidenses mediante la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés).

La aparición de este partido como ONG reproduce una táctica atribuida a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y su paso a partido parece ilustrar también una decisión de llenar el vacío dejado por instituciones políticas.

La nueva derecha fracasó en su intento de aglutinarse alrededor del gobernador de Zulia, Manuel Rosales, líder de otro partido de reciente creación, Un Nuevo Tiempo (UNT), un político hábil pero falta de carisma y de pobres capacidades intelectuales.

Una prueba que el llamado "centro humanitario" obedece más a una apariencia que a un contenido real es la estampida de parte de la dirección de Primer Justicia hacia UNT, luego de la derrota de las elecciones presidenciales de 2006.

La división, resultado de pugnas y enfrentamientos internos, limitó el alcance de los autodefinidos "justicieros" que en los comicios presidenciales se ubicaron como segundo partido opositor con algo más de 11 por ciento de votos, detrás de UNT.

La autodefinición de centro, más allá de decisión táctica, refleja en sí misma la forma en que el desprestigio de los partidos cambió la política en Venezuela, donde declararse de derecha se convirtió en un elemento nocivo para las apetencias políticas.
Fuente: Prensa Latina

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