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Venezuela: Los nuevos amos del valle

Venezuela: Los nuevos amos del valle

Por Miguel Lozano

Caracas.- Para el ministro de Agricultura y Tierras de Venezuela, Elías Jaua, la recuperación de 500 mil hectáreas de tierra en 2009 constituyó un salto cualitativo en el proceso de re-estructuración del modelo agrícola nacional.
Esa acción forma parte de un proceso iniciado hace ocho años con una ley aprobada para eliminar el latifundio y garantizar el establecimiento de una agricultura sustentable que demanda la Constitución al Estado venezolano.
Desde entonces, dos millones 500 mil hectáreas han sido recuperadas, lo que significa poner a producir áreas que eran latifundios, pertenecían a propietarios que no pudieron demostrar la titularidad histórica o permanecían ociosas.
Sin embargo, para Jaua lo logrado en 2009 es sintomático porque se trata de tierras ubicadas en los valles, más fértiles que las recuperadas antes, básicamente en las regiones fronterizas.
En una visita junto a periodistas extranjeros al predio San José, en el Valle de Aragua, a 98 kilómetros de Caracas, Jaua estimó que esta acción comenzará a quebrar un esquema de dominio originado desde la colonia y descrito en la novela Los Amos del Valle.
"Veinte somos los amos del valle", expresó uno de los personajes de la obra escrita en 1979 por Francisco Herrera Luque, considerada una pintura certera del proceso histórico de formación de la oligarquía venezolana.
El proceso que encabeza desde 1999 el presidente Hugo Chávez pugna por cambiar un esquema agrario heredado de la época de los 20amos del valle, multiplicados después, sustentado en el latifundio y la infrautilización de la tierra.
Para llevarlo adelante se aprobó en 2001 una ley que posibilita la recuperación de fincas cuyos propietarios no pueden demostrar la cadena de titularidad de las tierras, están subutilizadas o forman parte de latifundios.
El tratamiento es diferente, pues a quienes poseen titularidad (de latifundios o tierras subutilizadas o sin cultivar) se les paga por estas y por las bienhechurías, pero a quienes no son titulares legales sólo se les paga por las obras levantadas en el terreno.
Al respecto Jaua aclara que si un ocupante, aun cuando no demuestre la propiedad, muestra la intención de adecuarse al plan de siembra se le regula la tenencia de tierra, que podrá heredarse, aunque no enajenarla ni dedicarla a un propósito no agrícola.
En el caso del Hato San José, de 105 hectáreas, fue recuperado en marzo de 2009 debido a la infrautilización de la tierra, además de que no estaba completa la cadena de la titularidad.
Las tierras fueron asignadas al Banco Agrícola y se hizo una primera cosecha de maíz, que aunque no es el cultivo más adecuado para el tipo de tierra, es parte del proceso de recuperación del suelo.
Con posterioridad se procederá a sembrar hortalizas y leguminosas en los suelos tipo 1 y 2 (los mejores, según la clasificación venezolana).
Jaua precisó a periodistas que en 2009 se recuperaron cuatro mil 900 hectáreas en los fértiles valles cercanos a la capital, que serán destinados a cultivos de hortalizas y leguminosas para abastecer Caracas y las ciudades cercas de Maracay y Valencia.

Como constató Prensa Latina, estas tierras –además de calidad- poseen excelentes condiciones de infraestructura: una autopista aledaña, a lo que se suma el proyecto del ferrocarril del Centro, un valor adicional para el aprovechamiento.
El ministro venezolano aclaró que se mantuvieron empleados los trabajadores que allí estaban, los primeros en recibir beneficios por la medida, pues generalmente se les contrata en condiciones laborales precarias, sin salario mínimo ni seguridad social.
Aunque a lo largo de este eje Caracas-Valencia se registran unas 15 mil hectáreas, en el caso de las otras 10 mil donde había caña sembrada se dio un plazo de hasta tres años a los ocupantes para desarrollar otros cultivos.
Aquellos que demuestren propiedad pueden conservarla pero sembrando los cultivos que se adecuen, apuntó Jaua, para quien en cuatro años todo el que transite por la autopista deberá ver estos valles sembrados de tomates, caraotas, frijoles y hortalizas.
La caña de azúcar será trasladada al estado Cojedes, donde los suelos se adecuan a ese tipo de cultivo.
Ahora en San José hay 10 trabajadores más técnicos del ministerio de Agricultura y Tierras, apoyados en la cosecha por la compañía Pedro Camejo, una empresa estatal de servicios mecanizados, que brinda servicios a precios bajos.
Pedro Camejo cuenta con tres mil camiones cerealeros, 500 cosechadoras y dos mil tractores, un equipamiento proveniente de países como Brasil, Belarus e Irán y de las fábricas con tecnología de estos dos últimos establecidas en Venezuela.
El proceso es muestra también de cooperación internacional: la cosechadora y el camión vienen de Brasil, los tractores de Belarus e Irán, y la cosecha va a los silos de CASA, la corporación agrícola de Venezuela y plantas de maíz construidas con Irán par ir a la red de distribución MERCAL, que vende a precios subsidiados.
“Estamos cerrando toda la cadena, es la construcción del modelo socialista, desde la tierra, los servicios mecanizados, almacenamiento, procesamiento y una distribución a precios justos para la población”, puntualiza el ministro venezolano.
Para el ministro Jaua, otro aspecto importante en el proyecto es el respaldo de mil 500 especialistas cubanos, que apoyan básicamente en la construcción de sistemas riego y de cultivo bajo cubierta, en lo que Cuba ha tenido un gran desarrollo.
La producción del Valle de Aragua, de acuerdo con estos planes, tendrá alto impacto en la inflación, a partir de su peso en el abastecimiento de Caracas, Maracay y Valencia con lo cual se piensa quebrar el mercado especulativo, a partir de un nuevo esquema de tenencia, diferente al de los antiguos amos del valle.
Fuente: Prensa Latina
Ml


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