Miguel Lozano
Una iniciativa que agrupa a movimientos sociales y partidos toma cuerpo en varias ciudades españolas con vistas a las elecciones municipales de 2015, que de cuajar podrá aportar un nuevo elemento a las cábalas electorales.
A Barcelona, Madrid, Málaga y Valladolid se suman en ese intento Zaragoza, Coruña, Murcia, Las Palmas, Jerez, Móstoles, Tetuán, Alcorcón, Leganés y Sabadell, entre otras localidades, según reportes de publicaciones alternativas y regionales.
El punto de partida fue Guanyem Barcelona (Ganemos Barcelona), una plataforma liderada por Ada Colau, activista social conocida por su lucha contra los desahucios de viviendas debido a la crisis económica.
Medios regionales informan de otras acciones, incluso con denominaciones parecidas, que a 10 meses de los comicios municipales han formado colectivos como Ganemos Madrid, Ganemos Málaga y Ganemos Valladolid.
Los partidos políticos de izquierda como Izquierda Unida y Podemos (tercera y cuarta fuerzas más votadas en las elecciones al Parlamento Europeo del pasado mayo) y Equo han expresado su beneplácito a la iniciativa, pero mantiene una distancia expectante.
En opinión de medios como el digital Tercera Información, el núcleo de estos movimientos son personas anónimas, cansadas de las actuaciones de los partidos Popular (PP) y Socialista Obrero Español (PSOE), que dominan la escena política desde hace años.
Se trata de un reto a lo conocido como el bipartidismo español dado por el dominio PP-PSOE, que –como mostraron los comicios europeos- sufren de una fuerte caída de popularidad ante la incapacidad de sus gobiernos de impedir o revertir la crisis.
En entrevista con Cuarto Poder durante una reunión de Ganemos Madrid, la diputada de Izquierda Unida en la Asamblea de la ciudad Tania Sánchez ratificó la voluntad de su partido de participar en proyectos de convergencia sin perder la identidad propia.
En momentos de crisis del régimen se debe tratar de converger, como la ciudadanía demanda, para cambiar Madrid y España, precisó Sánchez, un criterio compartido por representantes de los otros partidos participantes en estas iniciativas.
Algunas ideas discutidas en el encuentro de Madrid esbozan lo que sería el programa de ese movimiento ciudadano, el cual incluye la auditoría de la deuda y del sector público municipal y la creación de mecanismos para la rendición de cuentas de los cargos públicos.
La pasada semana, en la presentación de Ganemos Málaga Ysabel Torralbo, una de sus impulsores, estimó que la iniciativa parte del convencimiento sobre la necesidad de confluir en el municipalismo, la institución más cercana a los movimientos sociales.
Según estima Ganemos Málaga en su página web, se trata de terminar con el bipartidismo, que entendió la función pública como un campo de negocios privados con falta de ética, opacidad y corrupción y dio lugar a la precariedad y los recortes de servicios públicos.
El Partido Comunista de Andalucía apoyó la iniciativa de Málaga que evaluó como invitación a la confluencia de organizaciones políticas, sociales, sindicales y vecinales y personas con la voluntad de transformar y democratizar la ciudad y sus instituciones.
Por su parte Ganemos Valladolid se presenta como un proyecto de confluencia democrática para recuperar y ganar la ciudad por encima de militancias y partidos, con el objetivo de priorizar problemas urgentes como la salud y el paro.
La propuesta rebasó los límites municipales en la comunidad autónoma de Murcia, donde movimientos vecinales, partidos políticos de izquierda y asociaciones cívicas lanzaron el movimiento Ganemos la Región de Murcia.
La región, según la convocatoria, se convirtió en paradigma neoliberal, con una dramática crisis social que tiene las mayores tasas de paro, una de las mayores de desahucios, empobrecimiento, corrupción y aparición de la malnutrición infantil.
Si bien es un proceso embrionario, un nuevo actor se vislumbra en la política española, de cuajar la confluencia de movimientos nacidos al influjo de las protestas y partidos que comparten, como mínimo, sus críticas a la política neoliberal de los dos partidos principales.
Ganar España
A un año y medio de las elecciones generales el proyecto se delinea delinea coo una posibilidad de alianza amplia de izquierda y movimientos sociales para ganar los comicios y abrir un proceso constituyente.
Izquierda Unida (IU), la tercera fuerza política del país, apoyó el proceso con un llamamiento a fuerzas políticas afines y movimientos sociales para converger y confluir con ese propósito.
El diputado y responsable del Proceso Constituyente por IU, Alberto Garzón, aseguró que España pasó de la apatía social a la participación política, con una mayoría que pide cambiar la sociedad.
Sin embargo, como también han reconocido otras fuerzas, IU advirtió que ese partido en solitario no puede lograr el cambio que representaría quitar el poder a la élite política y económica.
La propuesta, esbozada en un acto para presentar la propuesta de confluencia por el coordinador federal de IU, Cayo Lara, pasa por una nueva Constitución que incluya el derecho a la igualdad entre hombres y mujeres, al trabajo, a la vivienda, a la educación y a la salud.
Otros principios son la laicidad y un modelo de Estado federal, republicano y solidario, para neutralizar los movimientos separatistas.
La iniciativa parte del criterio que los sucesivos gobiernos del esquema bipartidista, dado por los partidos Popular (PP) y Socialista Obrero Español (POSOE) impidieron el desarrollo práctico de los principales puntos de la Constitución de 1978.
Según esa valoración, el pacto constitucional que garantizó el paso de la dictadura d Francisco (1939-1975) a la democracia fue roto con recortes e imposiciones como la reforma en 2011 de la Carta Magna para priorizar el pago de la deuda ante los derechos sociales.
En opinión de Lara aquella Constitución ya llegó hasta donde pudo llegar, pues fue resultado de la correlación de fuerzas del momento.
Aunque la propuesta de la alianza de izquierdas no es nueva, adquirió nueva connotación luego de las elecciones al Parlamento Europeo del pasado mayo que evidenciaron la caída en picada del PP y el PSOE.
Esos comicios demostraron también el surgimiento de nuevas fuerzas políticas como Podemos, un partido que con cuatro meses de creado se ubicó como la cuarta fuerza más votada del país con más de 1,2 millones de votos.
El éxito de la formación se atribuye en gran parte a la aparición de nuevos líderes como Pablo Iglesias, profesor y comunicador social, y un discurso fresco capaz de atraer a sectores reacios a participar en la política, sobre todo entre los jóvenes.
La valoración de IU, Podemos y otras fuerzas es que está más cerca que nunca la posibilidad de un bloque político y social con opciones de alcanzar el gobierno al menos en varias comunidades autónomas y alcaldías de las mayores ciudades, entre ellas Madrid.
El proyecto de confluencia, sin embargo, se encuentra en un estado aún embrionario y deberá sortear obstáculos importantes, algunos de los cuales valoró recientemente Podemos en un documento sobre el cambio político en España.
La organización admite que debe confirmar todavía estar a la altura de la expectativas que generó su entrada a lo grande en las elecciones europeas, pues, según su propia valoración, se convirtió en referente de la dicotomía nuevo/viejo, difícil de mantener en el tiempo.
Podemos, que enfrenta el ataque de la derecha y sus medios, reconoce que el paso del tiempo puede desgastar ese proyecto al asentarlo como un actor más en el sistema de partidos, abocado a una estrategia de crecimiento lento en un escenario estabilizado.
Asimismo alerta sobre lo que considera análisis excesivamente optimistas sobre el deterioro del régimen de 1978, pues –considera- la crisis política puede tener mucha menor duración que la económica.
No tenemos todo el tiempo del mundo: una buena parte de la contestación social hoy existente –estima- deriva de una crisis de expectativas que ya no se repetirá para las siguientes generaciones.
Otro elemento, según el análisis, es que la crisis del PSOE abre oportunidades políticas para una nueva mayoría, pero si ese partido se repone de su desprestigio, aún parcialmente, puede recuperar parte del espacio perdido y disminuir las opciones para una fuerza de ruptura.
Un aspecto a tener en cuenta, agrega, es la posibilidad de una reoxigenación del PP mediante la presentación de evidencias tímidas de que con las medidas de ajustes pasó lo más duro y se avecina la recuperación económica.
A por Madrid
En Madrid la confluencia de fuerzas aspira a terminar con 26 años de predominio del Partido Popular (PP) , al calor de los cambios políticos reflejados en las elecciones al Parlamento Europeo.
En opinión del coordinador general de Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid, Eddy Sánchez, el cambio político es una realidad cercana en la ciudad, donde –opina- la respuesta ciudadana adquiere una dimensión y una profundidad mayor.
En un artículo publicado en el medio digital Público, Sánchez estima que aunque la idea de ganar Madrid comenzó a movilizar a un amplio sector de la sociedad, en estos momentos ninguna fuerza política, social o sindical por sí sola puede construir una alternativa.
La convergencia, por tanto, es la palanca del cambio, expresó el joven político español, quien aboga por pensar en términos de mayorías sociales, las cuales, dice, no articulen en torno a una suma de siglas donde el debate de los nombres se imponga al de las ideas.
Los tiempos políticos se aceleran. Los marcos de oportunidad aparecen, pero si no se aprovechan, terminarán cerrándose por mucho tiempo, advirtió Sánchez.
Los resultados de las elecciones europeas del pasado 25 de mayo provocaron un ambiente positivo en sectores de izquierda y grupos ciudadanos afectados por la política económica aplicada por los dos grandes partidos, el PP y el Socialita Obrero Español (PSOE).
Ambas agrupaciones sufrieron un fuerte descenso que, de trasladarse a las elecciones generales de 2015, cambiará el panorama político nacional, pues ambas organizaciones no llegarán al 50 por ciento de los votos en conjunto.
En opinión de varios políticos, el escenario político ofrece la posibilidad de derrotar al llamado bipartidismo al menos en algunas ciudades y regiones, proyección que ya en Barcelona marcó la aparición de Guanyem Barcelona una plataforma unitaria.
La iniciativa encabezada por Ada Colau, dirigente de movimiento de defensa de los desahuciados, estimuló acciones similares en Madrid, donde fue significativa la aparición electoral de Podemos en las elecciones europeas del pasado 25 de mayo.
Este nuevo partido –que obtuvo más de 1,2 millones de votos con tan solo cuatro meses de creado- ha logrado movilizar a sectores tradicionalmente apartados de la política con un discurso novedoso y caras frescas en la política española.
Si bien algunos atribuyen parte de su éxito a la atracción de votos provenientes de IU, lo cierto es que Podemos, con el profesor Pablo Iglesias a la cabeza, parece haber tocado la sensibilidad de un sector, sobre todo juvenil, que hasta ahora se mantenía al margen de los procesos electorales.
En la capital española, además de los partidos políticos, se suman a la proyección de cambio una red de movimientos sociales organizados, surgidos como resultado de las protestas callejeras contra las políticas de recortes, el desempleo y los desahucios.
Fuentes de los IU, Podemos y Equo adelantaron la disposición a trabajar por una confluencia que aglutine partidos políticos con las fuerzas sociales, que hasta ahora han demostrado su fuerza en las calles con movimientos como el de los indignados en 2011.
Este proceso va paralelamente al de estructuración de Podemos y una renovación que comienza a apreciarse en IU, cuya organización en Madrid decidió realizar un gran encuentro político el próximo octubre con la vista puesta en las elecciones municipales y regionales de 2015
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