Caracas/Washington: Comercio y magnicidio
Caracas.- Con un intercambio de unos 40 mil millones de dólares al año, las relaciones de Venezuela y Estados Unidos expresan hoy una contradicción flagrante que va del auge comercial a una complicada relación política.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, ratificó la víspera acusaciones al gobierno estadounidense de tener planes violentos, ante el fracaso de maniobras contra su gobierno.
"Estados Unidos sigue manejando el tema del magnicidio. Tengo fe en que seguiremos neutralizando esos intentos del gobierno norteamericano, sin embargo, sabemos que la extrema derecha fascista irracional seguirá haciendo esfuerzos en este sentido", expresó.
La perspectiva conspirativa, en opinión de las autoridades, se combina con los intentos de atacar la imagen de Venezuela con acusaciones que van desde la protección al terrorismo hasta el débil enfrentamiento al combate a fenómenos como el narcotráfico.
Observadores locales auguran, incluso, un recrudecimiento de las presiones a partir de la decisión de iniciar el camino del desarrollo socialista en el país sudamericano y la concreción de iniciativas integracionistas en la región, con Venezuela marcando el ritmo.
Para Chávez, Washington se ha dado a la tarea de asegurar que en el país hay una crisis económica y que el socialismo venezolano comenzó a destrozar la economía productiva.
En el plano ideológico, ello conlleva un reto importante que el mandatario ve como una batalla para demostrar que el desarrollo nacional fue en realidad impedido durante 100 años por el capitalismo.
Sin embargo, la hostilidad estadounidense es alimentada por otros elementos, con el avance de iniciativas integracionistas en al región, que ponen en peligro la posición hegemónica de Washington.
Más aún, el reciente lanzamiento del Banco del Sur -creado por Argentina y Venezuela, pero con una proyección multilateral- podría poner a mediano plazo en peligro mecanismos financieros de dominación mundial.
La iniciativa, operativa desde fines de abril próximo, se presenta como una variante noble para el desarrollo, sin las imposiciones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y amplias perspectivas de financiamiento.
Sin dejar cerradas las puertas a países de otras regiones, sólo las reservas de Argentina, Venezuela y Brasil - también interesado en ingresar a la institución- se acercan a los 150 mil millones de dólares, parte de las cuales podrán engrosar el fondo.
En este contexto fueron recibidas con reservas supuestas amenazas del grupo terrorista Al Qaeda de atacar instalaciones petroleras de suministradores de crudo a Estados Unidos como Venezuela, que exporta diariamente 1,5 millones de barriles a ese mercado.
La especie fue considerada en algunos sectores una versión echada a rodar por el gobierno estadounidense con el objetivo de convertirse en cortina de humo para justificar una agresión a instalaciones petroleras.
Los ataques verbales, la participación norteamericana en el golpe de estado contra Chávez en 2002 y el apoyo financiero a la oposición constituyen un caldo de cultivo apropiado para la desconfianza.
El resultado actual es el de unas relaciones contradictorias, que marchan bien en el plano comercial -sustentado en la dependencia estadounidense del petróleo-, con un camino erizado de obstáculos y peligros en el plano político.
Fuente: Prensa Latina
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