Venezuela, el parto del Partido
Miguel Lozano
Caracas.- La reestructuración política venezolana, vislumbrada al término de las elecciones presidenciales del pasado 3 de diciembre, es hoy una realidad, pero mucho más complicada y escabrosa que lo imaginado por muchos, de derecha y de izquierda.
El presidente del país Hugo Chávez, -quien ganó esos comicios con 63,1 por ciento de los votos- lanzó la idea, lógica, de unificar las más de 20 organizaciones que le apoyaron, como garantía de la reestructuración profunda propuesta para el mandato 2007-2013.
De otro lado, la oposición, que logró un nivel inesperado de cohesión, se propuso la formación de un frente unido para tratar de frenar el avance impetuoso de Chávez, que en ocho años no parece afectado por el desgaste del poder, sino todo lo contrario.
Más de tres meses después el Jefe de Estado, en debate público con algunos de sus aliados, comparó la creación del propuesto Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) con un parto y no sólo por los nueves meses dados como plazo para su fundación.
“El parto del partido”, como lo definió Chávez, busca dar unidad orgánica a las organizaciones que lo apoyan, para garantizar la cohesión necesaria, teniendo en cuenta las amenazas externas y la complejidad de las transformaciones hacia el socialismo.
La propuesta, sin embargo, no se hace a partir de una unión de partidos, sino de la creación de una nueva organización desde las bases por lo cual los partidos deben disolverse primero para dejar a sus miembros en libertad de integrarse al PSUV.
Con ese propósito el Movimiento V República (MVR), creado por Chávez y convertido en el principal partido del país, anunció su disolución, junto a otras organizaciones menores.
Sin embargo los tres principales aliados del MVR –Podemos, Patria para Todos y Comunistas- se negaron a disolverse y pidieron la creación previa de un frente o tiempo hasta la definición de las características del nuevo partido.
Esa postura fue criticada por Chávez, por considerar que en el fondo se trata de intentos de preservar espacios, contrariamente a la voluntad de las bases revolucionarias que aspiran a la unidad.
Freddy Balzán, periodista y ex embajador de Venezuela en Argentina, considera que la postura de las tres organizaciones indica que sus líderes no entienden la magnitud de los peligros internos y externos.
En conversación con Prensa Latina, Balzán opinó que Venezuela está hoy más amenazada que nunca antes por las maniobras de Estados Unidos, sobre todo luego que el Jefe de Estado expresó la decisión de emprender el camino del desarrollo socialista.
En su opinión, sin embargo, la decisión coloca en una posición incómoda a los dirigentes políticos de esas organizaciones, pues en las bases existe una corriente favorable a la unidad.
El veterano político y escritor Domingo Alberto Rangel –crítico y amigo del presidente Chávez- coincide en que las reticencias se deben, con excepción del Partido Comunista, a que esos dirigentes ven amenazados privilegios burocráticos.
Pero al mismo tiempo, consultado por Prensa Latina, opina que sería importante extender ese debate lo más posible para contribuir a esclarecer diversos temas relativos al socialismo.
Sin embargo y pese al debate, la situación de la oposición es mucho peor, sin una figura carismática como Chávez, pero también carente de programa y sumida en disputas internas.
El proyecto de un frente común opositor, presentado por el ex candidato presidencial y gobernador del estado Zulia, Manuel Rosales, no parece cuajar meses después de esos comicios.
Como alternativa, a principios de marzo Rosales anunció la conversión de su partido regional Un Nuevo Tiempo en una fuerza nacional, a la que se sumarían representantes de otras fuerzas.
Un acercamiento a esa proyección deja claro que en realidad se trata de la incorporación a UNT de dirigentes disidentes de algunos partidos como Acción Democrática (AD) y Primero Justicia (PJ), estremecidos por divisiones, y ex militantes de izquierda.
De tal modo, habría que ser muy optimista para ver el lanzamiento nacional de UNT como el primer paso de una plataforma unitaria alrededor de Rosales.
La presencia de disidentes dificulta cualquier participación futura de PJ y AD en un bloque y además es poco probable que la migración de algunos dirigentes sea un apoyo cuantitativo para UNT, teniendo en cuenta el poco arraigo popular de esas figuras.
En la práctica, los partidos de la nueva oposición como UNT y PJ han demostrado que siguen viejos patrones políticos, sin poder elaborar estrategias para la nueva situación creada desde el primer triunfo electoral de Chávez en 1998.
Con la inversión de valores dada por el auge de la izquierda y el declive de la derecha, la oposición venezolana parece normalmente apartada de una nueva realidad que se niegan a comprender y con ello quedan imposibilitados de elaborar programas alternativos.
Indetenible en las urnas, golpes de estados o saboteos, Chávez sigue en su proyección de profundización de los cambios y sin oposición coherente se vuelca en la estructuración unitaria.
Conciente que, como dijo Simón Bolívar "la unión no nos vendrá por prodigios divinos", el presidente venezolano decidió seguir adelante con la formación de PSUV para cuya formación elaboró un cronograma de nueve meses a partir del 5 de marzo.
Este llamado, subrayó al hacer la convocatoria, es para apoyar un proyecto, una organización, y no a un hombre, en pro del futuro del país hacia lo interno y lo externo, con el objetivo de construir la nueva Patria que desean los habitantes de la nación venezolana.
Fuente: Prensa Latina
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Alberto Morales -
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