Venezuela- El año de las tres R
Miguel Lozano
Caracas.- Sin tiempo para mucho descanso, los factores políticos venezolanos inician 2008 con una actividad dada por la formación de un partido unido de izquierda, elecciones de gobernaciones y alcaldías e intentos de la derecha de recuperar posiciones perdidas.
Quiérase o no, los resultados del referendo del pasado 2 de diciembre, que rechazó una propuesta de reforma constitucional presentada por el presidente del país, Hugo Chávez, marcan el inicio de los proyectos de uno y otro bando político.
De un lado, Chávez anunció que este será el año de las tres R: revisión, rectificación y reimpulso.
"Estoy tratando de dar el ejemplo. Estoy revisando, estoy reviendo e invito a todos en el gobierno, en las instituciones, en los medios a cumplir con esto, que es aplicable en todos los ámbitos", adelantó el Jefe de Estado en las últimas horas de 2007.
En su criterio, la revisión debe ir más allá de la teoría, para rectificar elementos que no han funcionado bien y dar un reimpulso al proceso de cambios que encabeza desde 1999, incluyendo el ámbito moral en la lucha contra la corrupción.
"Estas tres R tienen que ser aplicables en lo social, en lo moral, en los gobiernos locales, regionales, en la política internacional, en los procedimientos burocráticos que tenemos", precisó.
El enfoque sigue a los primeros análisis sobre las causas del fracaso por mínima diferencia de la propuesta de reforma, determinada por la ausencia en las urnas de unos tres millones de personas que han venido apoyando a Chávez.
Sin bien muchos elementos explican el abstencionismo, uno de los más citados es el disgusto por la forma en que marchan algunos programas y la actuación de gobiernos intermedios y de base, lo cual parece reconocer el Jefe de Estado con su propuesta de tres R.
En este contexto, la primera prioridad de la izquierda se vislumbra en el plan de recuperar el proceso de formación del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), iniciado en 2007 pero postergado ante la realización del referendo.
El PSUV fue propuesto por Chávez para unificar más de 20 organizaciones políticas que le respaldan, como garantía de la continuidad y dirección colectiva, que hasta ahora ha caído fundamentalmente sobre sus hombros.
Para algunos observadores como el ex vicepresidente del país José Vicente Rangel, precisamente la ausencia de un partido organizado fue una de las causas de la derrota en el referendo, pues faltó el elemento aglutinador y director de la campaña.
El PSUV debe quedar constituido entre enero y marzo para poder cumplir los plazos legales de inscripción y poder concurrir como organización a las elecciones de gobernadores y alcaldes previstas para octubre.
El reto es poder constituir una organización nueva, más que una suma de organizaciones, que Chávez considera debe surgir de abajo hacia arriba para garantizar la base, a partir de más de cinco millones de personas inscriptas como aspirantes.
El PSUV debe asistir en alianza con los partidos Comunista y Patria para Todos a las elecciones de octubre, que servirán de barómetro sobre la marcha del proceso luego de la derrota de diciembre pasado.
Mientras la izquierda se reorganiza, la derecha parece todavía desconcertada por una victoria inesperada que no ha logrado catalizar la unidad ni definir liderazgos, lo cual junto a la ausencia de un programa alternativo, son su debilidades principales.
Un concepto arraigado entre autoridades y observadores es que la oposición -dividida por intereses personales- se aglutina alrededor de las directrices de la Embajada de Estados Unidos en Caracas.
Este criterio se basa en la hostilidad pública del gobierno estadounidense hacia Chávez y el conocimiento mediante documentos desclasificados de la entrega de grandes recursos financieros del fisco de ese país a grupos opositores venezolanos.
Evidencia de que ya comenzaron los preparativos para la batalla electoral de octubre es la filtración de candidaturas de la oposición para cargos de gobernadores y alcaldes por parte de esas fuerzas.
Uno de los casos más significativos hasta hoy es la promoción de Yon Goicochea para la Alcaldía de Caracas. Goicochea es uno de los líderes estudiantiles que ha venido desplazando al viejo liderazgo de la derecha, desacreditado y sin carisma.
La aparición de líderes opositores juveniles como Goicochea es considerada parte de la estrategia estadounidense, ante los fracasos y la incapacidad de los políticos tradicionales, para enfrentar el respaldo popular y carisma del presidente Chávez.
En el caso específico de Caracas, la perspectiva no parece un lecho de rosas para la izquierda, debido a la insatisfacción por problemas como la inseguridad y la basura, que llevó a Chávez a perder en el refrendo en zonas de respaldo tradicional.
Esto llevó al propio presidente del país a orientar al vicepresidente, Jorge Rodríguez, a fines de 2007, a iniciar una operación de emergencia para recoger toneladas de basura, ante la proporción del fenómeno.
La designación de Rodríguez fue vista como una crítica implícita al trabajo de las alcaldías (en su mayor parte "chavistas") y autoridades metropolitanas de Caracas, responsables del funcionamiento de esos servicios.
En contrapartida, grupos opositores emprendieron campañas populistas como la repartición de juguetes en barrios humildes de Caracas, que indican por donde viene su estrategia con vistas a las próximas elecciones.
Para Chávez y sus seguidores, el proceso de las tres R (revisión, rectificación y reimpulso) representa un alto en el camino para reflexionar y retomar una cadena de 10 triunfos electorales desde su primera victoria en los comicios de diciembre de 1998.
(Prensa Latina)
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