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Caricom ante oportunidades y retos

Caricom ante oportunidades  y retos

Miguel Lozano

En un contexto internacional poco favorable para las pequeñas economías, y pese a retrasos y fracasos, la Comunidad del Caribe (Caricom) insiste en que la unificación de fuerzas es la mejor oportunidad para enfrentar retos que van desde el cambio climático a la incomprensión de países desarrollados.

  Conjuntamente los 15 integrantes de Caricom (creada en 1973) suman 458,480 kilómetros cuadrados, con una población estimada en unos 16 millones de personas, aunque más de 10 millones pertenecen a Haití, el más pobre de los miembros.

Sin embargo, pese a una unión que en otras latitudes se pudiera considerar de dimensiones pequeñas, desde el punto de vista caribeño constituye la garantía para enfrentar el ambiente internacional y los retos actuales.

Entrevistado en el contexto de un encuentro de ese grupo con representantes del Reino Unido, Tilman Thomas, primer ministro de Granada, estimó que el futuro de su país de 344 kilómetros cuadrados y 110 mil habitantes está vinculado al desarrollo de Caricom.

La proyección tiene en cuenta al mismo tiempo la necesidad de reconocer algunos retrocesos y atrasos como el caso de un mercado común regional.

Sobre ello recientemente el secretariado de la organización estimó que el acuerdo firmado en 2006 apenas alcanza una efectividad del 64 por ciento, pero en aspectos importantes como la libre circulación de los servicios el nivel es apenas 37 por ciento.

En el criterio de Thomas, la perspectiva de los caribeños es mirar hacia adentro, consolidar la cooperación y actuar como un bloque. Necesitamos agrupar los recursos y tener una representación común para las negociaciones multilaterales o con instituciones, subrayó.

En el caso específico de Granada la prioridad de esa pequeña isla es la creación de puestos de trabajo, a partir de la identificación de los pilares sobre los que se propone desarrollar su economía: salud, educación, agroindustria, información y comunicaciones.

En declaraciones a la publicación regional Caribbean Journal, Thomas precisó que uno de los propósitos es estimular a los inversionistas a participar en proyectos encaminados a procesar y añadir así valor a los productos agrícolas.

Económicamente, la región debe lidiar con la incertidumbre del mercado del banano, fuente de importantes ingresos en varias islas, luego de perder algunas prerrogativas que otorgaba la Unión Europea.

Nuevas regulaciones adoptadas para favorecer a grandes empresas como Del Monte, Dole y Chiquita llevan a algunos analistas a augurar una reducción del cultivo del banano en el Caribe.

Como en el resto de las islas caribeñas, Granada aspira a continuar el desarrollo de la industria turística para aprovechar las riquezas naturales de uno de los últimos reductos del mítico Paraíso.

Sin embargo, en opinión de muchos, entre ellos del canciller de San Cristóbal y Nieves, Sam Condor, un obstáculo para el desarrollo del sector es el impuesto a los pasajes aéreos del Reino Unido.

Según participantes del Caribbean Travel Marketplace, realizado en enero de 2012 en Bahamas, el Caribe perdió unos 270 mil turistas en tres años como resultado del Impuesto al Pasajero Aéreo.

De acuerdo con el secretario general de la Asociación Caribeña de Hoteles y Turismo, Alec Sanguinetti, en 2007 viajaron a la región desde el Reino Unido un millón 373 mil 600 turistas, pero en 2010 la cifra bajó a un millón 103 mil 400.

Citado por la publicación digital Caribbean News, Sanguinetti alertó también sobre una reducción de viajes a la región en casi 20 por ciento de residentes caribeños en el Reino Unido por la misma razón.

El Ministerio de Hacienda británico aumentará desde abril de 2012 en ocho por ciento el impuesto que encarece los viajes a la región, en comparación con otros de distancias similares como Estados Unidos.

Ante los problemas financieros mundiales, políticos como el canciller Condor estiman que los miembros de Caricom deben reconstruir sus economías y asegurarse que acuerdos como el de asociación económica con el Reino Unido no sean negativos para ellos.

Esta garantía pasa por el hecho que cualquier acuerdo tenga en cuenta la desproporción económica.

Preocupación común es también la afectación del cambio climático sobre las islas, incluidas entre el grupo de países más vulnerables que puede sufrir daños irreversibles por la elevación del nivel del mar.

Se hace imprescindible, en criterio de Thomas, una acción conjunta en las negociaciones y hacer entender que los caribeños requieren apoyo para la adaptación y mitigación de las afectaciones por ser vulnerables y depender de economías pequeñas.

Otro punto importante en la agenda, según su criterio, es el de la seguridad regional y dentro de ello el tema de la repatriación por parte de Estados Unidos de personas de origen caribeño que hayan delinquido.

La posición mayoritaria en la región es que muchos de ellos apenas tienen vínculos en su tierra de origen y en ocasiones ni siquiera familia, pues salieron siendo niños hacia Estados Unidos, donde iniciaron su carrera delincuencial.

En algunos países como Guyana se denunció que el procedimiento favoreció el alza de delitos, incluso con modalidades como asaltos a bancos y secuestros que no se registraban antes.

Integran la organización, con sede en Georgetown: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago.

ml

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