De cenicienta bituminosa a princesa petrolera
Miguel Lozano
Caracas.- De la mano de una política de rescate de la soberanía venezolana sobre los recursos naturales, la Faja Petrolífera del Orinoco abandonó su pasado de cenicienta bituminosa para convertirse en centro
internacional de cooperación en crudos.
En el pasado la extensa faja de más de 55 mil kilómetros cuadrados en el centro del territorio venezolano era como el patito feo de la industria petrolera de la nación sudamericana.
Sus crudos pesados y extrapesados, mezclados con arena, eran considerados bitumen y vendidos a precio de carbón, como parte de una política que las autoridades consideran atentaba contra los intereses de la nación.
El presidente Hugo Chávez estima que detrás de la clasificación como bitumen de la enorme riqueza de crudos, se escondía una decisión de Estados Unidos de guardar el recurso como reserva, ante el agotamiento mundial de
combustibles fósiles.
Efectivamente, la compañías transnacionales que tenían a su cargo el proceso de mejoramiento de crudos contabilizaba como propias esas reservas, asignadas por acuerdos de asociación que las autoridades consideran una
privatización encubierta.
Para rectificar ese enfoque, el Estado venezolano procedió a poner fin a los acuerdos anteriores y establecer la cooperación internacional sobre la base de empresas mixtas, con mayoría accionaria de Petróleos de Venezuela
(PDVSA).
Como resultado las norteamericanas Conoco Phillips y Exxon Mobil decidieron no hacer la migración hacia empresas mixtas y abandonaron la faja, mientras PDVSA asumió el ciento por ciento de las operaciones en los
campos correspondientes.
Antes de asumir Venezuela la mayoría del control la distribución era: asociación SINCOR, PDVSA tenía 38 por ciento, Total 47 por ciento y Statoil 15 por ciento; en Petrozuata: PDVSA, 49,9 por ciento y ConocoPhillips, 50,1 por ciento.
En la Ameriven, PDVSA, 30 por ciento, ConocoPhillips, 40 por ciento y Chevron-Texaco, 30 por ciento; en Cerro Negro, PDVSA, 41,67 por ciento,ExxonMobil, 41,67 por ciento y British Petroleum 16,67 por ciento.
En Sinovensa correspondía a Bitor 30 por ciento, PetroChina 30 por ciento y CNODC 40 por ciento.
Ahora en Sincor PDVSA controla 60 por ciento, Total 30,3 por ciento y Statoil 9,7 por ciento; en Petrozuata, PDVSA 100 por ciento; en Ameriven, PDVSA 70 por ciento y Chevron-Texaco 30 por ciento y en Cerro Negro, PDVSA
83.37 por ciento y British Petroleum 16,67 por ciento.
En total PDVSA pasó de una participación accionaria de 38,9 por ciento en la Faja del Orinoco a 78,3 por ciento, con lo cual se cumple el requisito de control soberano del principal recurso del país establecido por la Asamblea
Nacional (parlamento).
Contrariamente a lo que han dicho algunas fuentes, no se trata de limitar la participación extranjera, sino más bien de una diversificación, dada por la convocatoria venezolana a la participación de empresas de otras naciones.
En este contexto se enmarca la introducción en la faja de Petropars (Irán), Petrobrás (Brasil) Cupet (Cuba), Lukoil (Rusia), CNPC y Sinopec (China), Belarusneft (Belorus), ENASA (Argentina), Repsol (España), ONGC
(India), Petrovietnam (Vietnam) y Petronas (Malasia).
El proceso de incorporación internacional se realiza como parte de un ambicioso programa de certificación de las reservas en la Faja Petrolífera del Orinoco, que debe llevar a Venezuela a ser reconocido como primer
reservorio mundial.
Del total de petróleo de la región del Orinoco, con un estimado de 20 por ciento de recobro mediante el uso de las técnicas actuales, se podrán certificar 236 mil millones de barriles, que deben sumarse a 80 mil millones
de barriles ya certificados en el país.
Ello llevaría al país suramericano a contar con reservas de unos 236 mil millones de barriles, por encima de Arabia Saudita (265,3 mil millones), Iraq (115 mil millones), Kuwait (98 mil millones), Irán (96,4 mil millones)
y Emiratos árabes (62,8 mil millones).
Una orientación expresada por el presidente Chávez es la colocación de esa reserva al servicio de los países de América Latina y el caribe, en primer lugar, cuando se ve venir una crisis energética resultado del agotamiento de
crudos.
Al respecto ha dicho Chávez: "El manejo estratégico operacional de esa gran extensión de territorio bajo el cual está la reserva de petróleo más grande del mundo: la Faja Petrolífera del Orinoco, es un logro porque ahora
está totalmente controlada por venezolanos".
En la actualidad la región está produciendo 550 mil barriles diarios de petróleo, de una producción nacional de 3,2 millones de barriles, si bien las perspectivas apuntan a un crecimiento del aporte de la zona al total.
Las primeras semanas luego de la nacionalización -que quedará legalizada el 26 de agosto- echaron por tierra versiones sobre la supuesta imposibilidad de Venezuela de operar las mejoradotas, instalaciones de
complejidad tecnológica.
La faja, otrora cenicienta bituminosa, tiene las perspectivas de convertirse en princesa petrolera con creciente participación internacional, parte de un proceso de diversificación que, por sus dimensiones, apunta a
ser único en el mundo.
Fuente: Prensa Latina
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