Guayoyo, marrón, negrito: disyuntiva venezolana
Miguel Lozano
Caracas.- En Venezuela beber café puede ser considerado un deporte nacional, o más bien unos juegos olímpicos con una variedad de disciplinas que requieren entrenamiento previo para el recién llegado.
A la solicitud de "un cafecito, por favor", el interlocutor responde con una pregunta: "¿Guayoyo, negrito corto, negrito largo marrón grande, marrón pequeño, marrón suave, marrón fuerte, marrón oscuro, cortado, con leche, tetero o cerrero?".
En realidad da lo mismo un "guayoyo" (café claro) que un "negrito" (café fuerte) para armar un agitado debate político, filosófico, deportivo o un escarceo romántico entre sorbos de la popular bebida, parte de una cultura adquirida desde la infancia.
Sin tener en cuenta las denominaciones internacionales de expreso, capuchino o americano, los vocablos para designar las variedades venezolanas del néctar expresan la afición por esta bebida de las que nadie parece ajeno en el país sudamericano.
Sin embargo, en la misma medida que ganaba popularidad, el cultivo del grano perdió espacio en los últimos años, como otros rubros, marginados por el auge petrolero, una tendencia que hoy se intenta revertir.
Con la explotación petrolera, Venezuela pareció considerar innecesaria una agricultura sustentada en tierras fértiles y enorme variedad de suelos, al punto que hoy el país importa más del 70 por ciento de los alimentos.
Pero de ninguna manera podría considerarse una industria en ruinas una rama que produce unos 50 millones de kilogramos de café al año, para un estimado del consumo nacional de 40 a 45 millones de kilogramos.
De lo que se trata es de garantizar el consumo interno y recuperar una tendencia exportadora del producto, que en el siglo XIX desplazó al cacao como el principal artículo de exportación.
En un intento por cambiar la situación, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien a menudo gusta tomar varias tazas de café en sus extensas alocuciones públicas, anunció un programa nacional para la recuperación del aromático grano.
El Ministerio de Agricultura y Tierras, mediante el Instituto Nacional de Tierras, anunció las estrategias de los próximos meses para el rescate de tierras destinadas al Plan Café, en una primera etapa centrado en el llamado Polo Cafetalero.
Ese concepto incluye tierras de vocación cafetalera en los estados de Lara, Portuguesa, Barinas y Trujillo.
Para ello, luego de un proceso de regularización y saneamiento, las tierras son distribuidas entre pequeños productores hasta ahora marginados del mercado cafetalero.
Se espera para fines de 2007 haber rescatado unas 75 mil de 250 mil hectáreas proyectadas, y favorecer a unas 25 mil personas, quienes tendrían garantizado su acceso al mercado mediante la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas.
La proyección incluye sistemas de financiamiento y un enfoque ecológico, con la erradicación de agroquímicos, pesticidas y fertilizantes químicos, para lo cual se brinda apoyo técnico.
La expansión debe favorecer también en el aspecto económico a la población, que ha sufrido en ocasiones problemas de abastecimiento debido a disputas de precios.
Las proyecciones, parte de un plan de reactivación agrícola, intentan ahora recuperar los espacios perdidos por el néctar negro ante el llamado oro negro, y continuar garantizando al mundo la sabrosa costumbre de conversar alrededor de tazas humeantes.
Fuente: Prensa Latina
4 comentarios
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