Venezuela: Alerta roja antidrogas
Miguel Lozano
Caracas.- El incremento de los decomisos de drogas procedentes de Colombia encendió el alerta roja en Venezuela, donde muchos se preguntan cómo ello es posible pese al riguroso control del espacio aéreo del país vecino por Estados Unidos.
Con un complejo entretejido de diversas instituciones y la sospecha de acciones poco claras de Estados Unidos, este país prepara un plan concertado contra el narcotráfico, la producción y el consumo.
Si bien las autoridades locales aseguran no es una acción nueva, pues ya la nación es la segunda del hemisferio por cantidad de droga incautada, después de Colombia, la orientación apunta a la concertación de un programa de dimensiones mayores.
De hecho Venezuela decomisó en 2006 unas 60 toneladas de drogas, en su mayoría provenientes de Colombia. El país no es un gran consumidor ni productor, pero es utilizado como puente para llevar estupefacientes a Estados Unidos y Europa.
Pero los esfuerzos nacionales tienen que vencer un obstáculo importante: más de dos mil 200 kilómetros de frontera con Colombia, formada en lo fundamental por montañas y bosques de difícil acceso.
En la lucha por evitar el uso de su territorio para sembradíos ilegales o tránsito se utiliza el monitoreo vía satélite y nuevos radares instalados con un costo de 220 millones de dólares, así como la compra de helicópteros a Rusia.
Respecto al consumo, en Venezuela se intenta enfrentar los peligros del pago de los servicios de tránsito con drogas que luego se quedan en el país y el aumento de los embarques desde Colombia.
Recientemente el diario VEA, que citó "informes de inteligencia", expuso las sospechas sobre el incremento de decomisos "como si hubiera un plan preconcebido para hacer ver esta nación un paraíso de los traficantes como Birmania, Lao, Cambodia y Colombia".
Según la fuente, se detectaron también movimientos e inversiones de capos colombianos, sobre todo en el complejo turístico de Isla Margarita, con puerto y aeropuerto internacionales hacia el Caribe.
En particular llama la atención el incremento del tráfico en zonas del estado venezolano Apure, cercanas a una base norteamericana en territorio colombiano, y el control aéreo de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA).
En este contexto la Oficina Nacional de Drogas anunció la elaboración de un Plan Nacional Antidrogas 2008-2013, denominado Vida, sin dejar de golpear a los narcotraficantes en 2007.
Al respecto se anunció el inicio de un operativo para la erradicación de pistas clandestinas y darle continuidad a un programa que propició la eliminación de 30 de esas instalaciones en Apure.
Para mediados de julio (luego de la conclusión de la Copa América) se organiza asimismo la destrucción de 134 hectáreas sembradas de drogas en la Sierra de Perijá, estado Zulia, ubicadas mediante satélites.
También recientemente se activó una red nacional para detectar capitales sucios e intentos de lavar dinero proveniente del narcotráfico en instalaciones como bingos y casinos y los sectores de construcción y comercio, lo cual será seguido por una iniciativa legal.
El director de la ONA, Néstor Reverol, aseguró a fines de junio que fueron presentados a la Asamblea Nacional cinco proyectos de leyes, incluyendo uno para la confiscación de bienes de procedencia ilícita y otro para permitir a la Fuerza Aérea el derribo de aeronaves hostiles.
La Unidad de Inteligencia para Entes Financieros coordina con bancos y otras instituciones los movimientos irregulares de grandes sumas de dinero de particulares y personas jurídicas, con el fin de evitar la legitimación de capitales originados en actividades ilícitas.
El Plan Nacional de Prevención Integral Antidrogas, Vida, está en su fase final y contempla la distribución de 13 manuales formativos para los diversos sectores de la comunidad venezolana.
El documento se hará llegar a consejos comunales, recintos penitenciarios, niños y adolescentes en situación de riesgo, discapacitados, poblaciones indígenas y comunidades educativas.
Las acciones incluyen la articulación de esfuerzos entre cuerpos de seguridad del Estado y la Fuerza Armada Nacional, con el fin de disminuir las posibilidades de ingreso de narcóticos por vías terrestres, marítimas, fluviales o aéreas.
Un hecho característico de la lucha venezolana contra el narcotráfico es la hostilidad estadounidense, que llevó a la interrupción de los acuerdos de cooperación con la DEA, acusada aquí de realizar operaciones ilegales y espionaje político.
Aunque Venezuela mantiene colaboración antidrogas con otros estados, queda claro que a la hora de dar su certificación de buena conducta -un proceso cuyo derecho se ha atribuido Washington- tendrá un peso mayor la posición política que la situación operativa.
En este panorama tampoco es de extrañar la existencia de una decisión de la DEA de facilitar el traslado de drogas a Venezuela para desacreditar a sus autoridades, sin tener en cuenta el daño a la población norteamericana, principal mercado mundial de drogas.
Fuente: Prensa Latina
1 comentario
mario chirinos -
gracias por su informe M. Lozano Mario chirinos