Venezuela enrumba al socialismo
Miguel Lozano
Caracas.- El gobierno del presidente venezolano, Hugo Chávez, emprendió un complejo proceso de reforma constitucional cuyo propósito es el establecimiento de un sistema socialista en este país suramericano, tal como propuso en su campaña electoral.
La propuesta, que le garantizó un nuevo mandato 2007-2013 con más del 60 por ciento de los votos, se incluye en un proceso de cambios iniciado en 1999 que busca garantizar un desarrollo sin exclusiones en la rica nación petrolera.
Las modificaciones a 33 de los 350 artículos de la Constitución presentadas el 15 de agosto, abarcan los espacios territorial, nacional, militar, económico y social y son sometidas al debate público y a la aprobación en un referendo nacional.
Desde el inicio, el proceso presenta la resistencia de sectores opositores que centran sus ataques en la propuesta de llevar el mandato presidencial de seis a siete años y la posibilidad de reelección continua del Presidente de la República.
Pero un análisis de las propuestas evidencia que se trata de objetivos más profundos que la pretendida intención de Chávez de perpetuarse en el poder, como indican sus críticos.
Económicamente los cambios impulsarán la propiedad pública (estatal), social y colectiva, por encima de la privada, para favorecer un modelo de desarrollo productivo fundado en valores humanísticos de cooperación e intereses comunes.
Explícitamente los cambios prohíben el latifundio y el monopolio, por ser contrario al interés social, y terminan con la independencia del Banco Central para colocarlo en función del Estado socialista y el bienestar de la población.
Asimismo se instrumenta el Poder Popular como componente del Estado, junto a los poderes municipal, estatal y nacional, expresado en comunidades y comunas con sus autogobiernos: consejos comunales, obreros, campesinos, entre otros.
La perspectiva de dar a las comunidades sus propios gobiernos quedará configurada por una posterior Ley de las Comunas y regulaciones para posibilitar la creación de recongregaciones más amplias, hasta llegar a ciudades comunales.
Las transformaciones territoriales incluyen el establecimiento de un Distrito Federal para la capital y la posibilidad de crear regiones y municipios federales en determinadas zonas que requieran una atención particular.
La propuesta establece asimismo que los cambios territoriales deberán recibir el visto bueno de la población de cada región correspondiente, mediante referendo.
El Presidente de la República, de aprobarse los cambios, podrá decretar regiones especiales con fines estratégicos y de defensa y también nombrar autoridades especiales de contingencia.
La reforma propone asimismo que el Presidente pueda nombrar varios vicepresidentes, quienes vivirán en el interior del extenso país de casi un millón de kilómetros cuadrados, para dar una mayor atención a zonas de importancia estratégica y económica.
En la esfera militar se establece un cambio conceptual, al darle constitucionalmente carácter antimperialista a la Fuerza Armada Bolivariana nueva denominación- formada por profesionales y voluntarios, acorde con la alianza cívico-militar.
En este contexto la Guardia Nacional pasará a llamarse Guardia Territorial Bolivariana y se creará la Milicia Popular Bolivariana como uno de los componentes militares.
A partir del criterio de no cambiar ni un coma de la Constitución adoptada en 1999 sin respaldo del pueblo, se decidió luego de la aprobación en primera lectura del proyecto en la Asamblea Nacional, exponer el documento al criterio de la población.
Ese debate en teatros, calles y plazas, aquí llamado parlamentarismo de calle, es visto por el presidente Chávez como una nueva batalla frente a la oposición, que aún antes de conocer el contenido de la propuesta comenzó a criticarla.
La polémica, en opinión del mandatario, alcanzará dimensiones similares a las del referendo revocatorio convocado por los opositores en 2004, cuando las fuerzas que apoyan al presidente llamaron a votar NO frente al intento de despojarlo del cargo.
Ahora vamos por el sí, ha dicho el Jefe de Estado, para quien la reforma es inevitable para construir un sistema socialista, como única vía de terminar con flagelos como la miseria y el desempleo en la nación suramericana.
El alcance de la discusión nacional postergó otras iniciativas políticas importantes como la creación de un Partido Socialista Unido de Venezuela, mediante el cual se busca unificar más de 20 organizaciones que respaldan a Chávez y la opción socialista.
La decisión fue bien recibida por unos cinco millones de aspirantes a miembros del nuevo partido, expresión de la comprensión del alcance de una reforma clave para el propósito de establecer un sistema socialista en esta nación suramericana.
Fuente:Prensa Latina
1 comentario
manuel rivera -