Xavier Padilla: el regreso de Autana
Miguel Lozano
Caracas.- Años de trotamundos no han ahogado en Xavier Padilla lo que aprendió de Pablo García, padre del free jazz venezolano: la improvisación es la base de la música, así fue como el hombre comenzó a expresarse.
Quienes no lo identifican como el bajista de Gipsy Kings pueden apreciar esta característica y su capacidad interpretativa en You Tube en vivo con el grupo gitano francés en Kenwood Hall de Londres en 2005.
Sin una gran discografía, el bajista, compositor y arreglista, nacido en Caracas en 1963, cuenta con una amplia experiencia de actuaciones como bajista con grupos como los franceses Gipsy Kings, el quinteto griego Iasis o los alemanes Dunkel Ziffer.
Antes de partir de Venezuela en 1987 formó parte del grupo Autana, creado en 1979 y llevó su bajo a numerosas agrupaciones caraqueñas, hasta que la incomprensión existente entonces en el país suramericano lo llevó a atravesar fronteras.
De la mano de un programa del Centro Cultural La Estancia, dependencia de Petróleos de Venezuela (PDVSA), dedicado a repatriar talentos, Padilla volvió a presentarse ante el público nacional en este agosto de 2007, a lleno completo.
Junto con Pablo García, algunos ex miembros del grupo Autana y otros amigos, el bajista venezolano centró una demostración de los caminos por los que anda el jazz venezolano, en el cual confluyen talento y virtuosismo.
La historia de Padilla resume también, en alguna medida, el cambio de enfoque hacia la cultura de la que fuera la IV República (desde el fin de las dictaduras militares en 1959 hasta el triunfo de Hugo Chávez en 1999) con el concepto actual.
En 1984 el grupo Autana, de la capitalina barriada Sarría, ganó el premio "Mejor Grupo Experimental" en el Primer Festival del Movimiento Musical Afrocaribe en el Nuevo Circo de Caracas.
Sin embargo los jóvenes (Jesús "Chucho" Manzanares, José "Viruta" Martínez, Raúl Bolívar, Ricardo II Chitty, Néstor Pérez, Orlando Poleo, Orlando "Diablo" Blanco, Alberto Borregales, Octavio Cabrera y Xavier Padilla) no pudieron recibir el premio.
"Nos había sido negada la entrada al evento porque los muchachos de barrio que éramos andábamos en zapatos de goma y no teníamos paltó (chaqueta)", recordó recientemente Padilla en un artículo en la publicación electrónica Aporrea.
El agravio vino acompañado del cierre de la casa de Sarría donde ensayaban por decisión contradictoria de una institución que debía apoyar el desarrollo artístico, el Consejo Nacional de Cultura.
Padilla confesó en la publicación electrónica Aporrea que la decisión de emigrar no fue una decisión fácil, "pero nuestro país de entonces, el de la IV República, ya era para muchos artistas nacionales algo bastante menos que un espacio prometedor.
"Nuestra expresión popular y espontánea escapaba sin duda a la diplomada intuición de estos supuestos benefactores y arquitectos de la cultura nacional", que hicieron demoler la casa de Sarría "en lugar de percibir el fenómeno como (
) potencialidad creativa
Autana, que había provocado una especie de movimiento popular, pasó a ser así un mítico recuerdo de la música capitalina, aunque no grabó un disco porque como recuerda Padilla "nunca tuvimos los medios para ello".
En su reencuentro con el público caraqueño, Padilla atribuyó la falta de atención al grupo al hecho de que no hacía música comercial, dominada entonces por lo que denomina fenómeno daiquiri.
SegúN su opinión, el grupo, que tocaba sin cobrar en hospitales, actos de protestas y apoyo de causas sociales, influyó en el medio musical "underground" caraqueño de 1977 a 1987.
En ese taller se formó el percusionista Orlando Poleo, Xabañón, primer grupo de fusión contestatario capitalino y el Cuarteto de música Creativa de Pablo García y Antonieta Colón, pioneros del etno-free jazz en Venezuela.
Dejar mi país, explicó, no fue una partida de aventura, sino un lanzamiento a un vacío completamente ajeno a la matriz cultural y musical en que me había formado.
Para el músico, "hoy en día Venezuela tiene otro semblante (
) la esperanza, la ambición por un sano desquite son grandes".
En conversación con Prensa Latina Padilla explica que está interesado en actuar más en el país y poder seguir tocando con los amigos músicos.
-En realidad tengo intención de venir pronto a instalarme en Venezuela, en dependencia de las posibilidades laborales. Aquí hay músicos muy buenos, mucho talento, nada que envidiar.
-¿Crees que ahora hay mejores condiciones para el jazz?
-Pienso que sí. De hecho yo soy la prueba. Me llamaron y me trajeron de allá, cosa que hubiera sido imposible en tiempos pasados no muy remotos.
Fuente:Prensa Latina
1 comentario
Yosmary -
Saludos con aprecio... Yosmary.