Partido Socialista, reto de la izquierda
Caracas.- La formación del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) comenzó de hecho con el anuncio de varias organizaciones sobre su disolución para permitir a los miembros incorporarse a la nueva organización.
La creación del PSUV fue expuesta por el presidente Hugo Chávez con el propósito de darle mayor organicidad al proceso revolucionario y avanzar en la vía de desarrollo socialista en su nuevo mandato de febrero 2007 a febrero 2013.
Pero, junto a la declaración de su próxima disolución de agrupaciones como Movimiento Electoral del Pueblo o Unidad Popular de Venezuela, entre otras, expresiones de voceros de otras organizaciones confirman que no será un proceso exento de resistencia.
Pese a la complejidad, se concretó un importante paso de avance con el anuncio del Movimiento V República (MVR) de su disolución, si se tiene en cuenta que es la mayor organización política del país con más de 4,8 millones de votos en las pasadas elecciones presidenciales.
Los principales aliados del MVR, los partidos Podemos, Patria para Todos y Comunista dieron su aceptación a la propuesta, pero anunciaron diversos grados de consulta con sus bases antes de tomar la decisión de disolverse para dar paso al partido unido de la izquierda.
En sus primeras declaraciones luego del triunfo del pasado 3 de diciembre, Chávez dejó claro a sus seguidores, agrupados en 24 partidos y organizaciones, la necesidad de una mayor unidad política para poder enfrentar los retos de transformar el país.
Ante un incipiente debate sobre vías, objetivos, lapsos y estructura del nuevo partido que comenzó a tomar cuerpo, dejó claro su posición de que no se trata de una fusión o suma de organizaciones, sino de fundar una agrupación nueva.
Adicionalmente el presidente venezolano aseguró que el MVR, fundado por él, tampoco está en condiciones de dirigir un proceso de la magnitud y complejidad previstas, evaluación reconocida por su dirección que de inmediato anunció la disolución para enero próximo.
Sin dudas, la decisión de integrar las fuerzas revolucionarias es un paso necesario, para algunos ya demasiado demorado, pero complejo, pues se rata de la desaparición de organizaciones, algunas, como el Partido Comunista, con más de 75 años de fundado.
El camino escogido por Chávez se aparta de la sugerencia de algunos de comenzar un proceso dilatado, primero con un frente amplio. Al aludir a esa propuesta, el líder venezolano insistió: "Necesitamos un partido, no una sopa de letras".
Paralelamente, dejó en libertad a todos los partidos para decidir su destino, pero rechazó abrir un debate sobre el tema. "No voy a perder tiempo -dijo- y enfrascarme en un debate que sería insulso".
La proyección es aprovechar la estructura conjunta de la campaña electoral (integrada en batallones, pelotones y escuadras) como estructura básica nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela.
Para ello solicitó a los 11 mil batallones, 32 mil 800 pelotones y tres millones 850 mil escuadras actualizar el registro de militantes y simpatizantes interesados en integrarse al nuevo partido.
Además de la definición socialista de la agrupación, Chávez advirtió que desde el principio debe tener un claro perfil moral y ético, sin espacio para ladrones.
Mientras esa convocatoria marca la actualidad de la izquierda, en la derecha unas 40 organizaciones políticas iniciaron con mal paso la puja por mantener el bloque electoral en la nueva coyuntura política.
La llamada nueva derecha, con el liderazgo de Un Nuevo Tiempo, del ex candidato presidencial y gobernador de Zulia, Manuel Rosales, parece dividida en corrientes, más allá de la confluencia ideológica.
Esta semana dos sectores de Primero Justicia se liaron a puñetazos en la sede de la organización, mientras los rezagos de la vieja derecha ven con animadversión a los partidos surgidos en un intento de desvincularse de los fracasos del pasado.
Acción Democrática perdió la inscripción oficial luego de que su dirigencia optó por el abstencionismo en un evidente suicidio político , mientras COPEI -la otra organización que gobernó junto a los "adecos" por casi medio siglo, alcanzó poco más de 200 mil votos.
Los recelos de COPEI llevaron a acusar a sus aliados de Primero Justicia de una campaña sucia para restarle votos en los comicios, con lo cual abrieron serias dudas sobre su participación en el pretendido bloque opositor.
El panorama, en definitivas, confirma la tendencia de los últimos ocho años: el ascenso de la izquierda y la caída de una derecha que ni aún disfrazada de centro o de "nueva democracia social" logra recuperar terreno, con pocas opciones de reagruparse, al menos en lo inmediato. ml
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