¡Milagro! Ciencia del sur cura pobres del norte
Miguel Lozano/Foto Voltaire.org
Caracas.- La intervención quirúrgica gratuita en Venezuela de la estadounidense Patty Nealon lanzó a un nuevo plano el programa en marcha hoy
denominado Misión Milagro, para atender a personas con problemas de la vista.
Nealon, una afro norteamericana afectada de cataratas, ya regresó a su trabajo de chofer de autobús luego de la operación quirúrgica practicada en
un hospital de la ciudad de Carabobo, según informó esta semana el consulado venezolano en Chicago.
Se trata, en esencia, de un caso poco común en el cual la ciencia del sur subdesarrollado se pone al servicio del norte, específicamente de
personas de insuficientes recursos incluso para someterse a una operación como la suya, relativamente sencilla.
El criterio de las autoridades cubanas y venezolanas, promotoras del programa, es que ambos países cuentan con conocimientos científicos
suficientes, personal e instalaciones, para devolver la vista a cientos de miles de personas con problemas visuales en Latinoamérica y el Caribe.
El caso de Nealon también pone sobre el tapete las dudas expuestas por cubanos y venezolanos sobre la comercialización de la medicina, que impide
el tratamiento y cura de millones de personas en todo el mundo, aunque se trate de enfermedades fácilmente curables.
El tema apuntala la proyección social de la medicina en países como Cuba y Venezuela, con el propósito de garantizar a sus respectivas poblaciones
redes de salud gratuitas.
En este caso específico, el programa de tratamiento y cirugía de problemas visuales denominado Misión Milagro proyecta dar atención médica a
300 mil pacientes venezolanos y latinoamericanos con problemas oftalmológicos durante 2007.
Ellos deben sumarse a 305 mil 930 personas ya beneficiadas, de las cuales102 mil fueron intervenidas en Venezuela, según informó el presidente
del país, Hugo Chávez, parte de la expansión del plan iniciado en hospitales cubanos.
La cifra refleja el avance en este terreno si se compara con las estadísticas según las cuales el sistema de salud público venezolano atendía
en un año sólo cinco mil personas con problemas de la vista.
El programa beneficia, además a mexicanos, colombianos, ecuatorianos, peruanos, chilenos, uruguayos, brasileños, nicaraguenses, salvadoreños y
caribeños, entre otros, igualmente de forma gratuita.
Venezuela anunció asimismo la inversión en 2007 de 11 mil millones de bolívares ( 5,1 millones de dólares) en equipos de última tecnología en más
de 50 hospitales incorporados a la misión y se prevé la puesta en funcionamiento de clínicas móviles para regiones apartadas.
En el caso venezolano, el programa se incluye en una proyección de mejor distribución de las enormes riquezas del país (quinto exportador mundial de
petróleo) con la utilización de los llamados "petrodólares" para beneficiar a millones de pobres.
En sus ocho años de gobierno Chávez ha recibido un importante respaldo de médicos cubanos para llevar adelante su propósito de crear una red de
atención médica gratuita, debido al déficit de médicos para una cobertura ampliada a toda la población.
En Venezuela, como en muchos países, la cantidad de médicos estaba en correspondencia con la demanda de un mercado concentrado en las ciudades y
los sectores con recursos para pagar costosos y muchas veces no tan costosos tratamiento.
En la actualidad se forman en el país más de 17 mil médicos venezolanos, mientras otros tres mil se forman o hacen estudios de postgrado en la
Escuela Latinoamericana de Medicina de Cuba.
Los programas aplicados en Venezuela, denominados Barrio Adentro I, II, III y IV, según el grado de complejidad de la atención atienden un estimado
de 17 millones de una población de 26 millones, de forma totalmente gratuita, incluyendo las medicinas.
Sólo Barrio Adentro I, de atención primaria, registró en 2006 unas 56 millones de consultas médicas, de las cuales 28 millones fueron realizadas
en la casa, el terreno, el barrio y la montaña.
El enfoque parte de un criterio expresado por el ministro venezolano de Salud, Erick Rodríguez, para quien no debe verse el tema como un problema de
filantropía o de colaboración.
Para Rodríguez es importante "que se convierta en un derecho, al igual que lo es la educación. Por tal motivo no debe representar ningún hecho
económico, sino debe ser gratuita", visión que también beneficia ya a otros países, incluyendo los pobres del sector rico del planeta.
Fuente: Prensa Latina
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