Venezuela alerta ante guarimbas
Miguel Lozano
Caracas.- Tras apuntarse una victoria en el plano internacional con la Primera Cumbre Energética Suraméricana, Venezuela se dispone hoy a enfrentar un nuevo reto interno que para diversas fuentes tiene la marca de un complot.
Ante denuncias de planes subversivos para fines del próximo mayo, con motivo de la no renovación de la concesión a una televisora privada, el ministro de Defensa, general en Jefe Raúl Baduel, llamó a mantener la paz “y a que prive la sensatez y la cordura”.
“Quienes persisten en seguir asumiendo posiciones violentas están desvinculados del sentir mayoritario del pueblo venezolano” alertó Baduel en declaraciones la víspera cuando también convocó a “reforzar esa vocación pacifista”.
El llamado se incluye en alertas de otras personalidades y fuerzas como el Partido Comunista de Venezuela, para el cual se trata de un plan desestabilizador “de gran envergadura” contra del gobierno del Presidente Hugo Chávez.
Según esas y otras denuncias existe un proyecto de “calentar la calle” con demostraciones de protesta por la no renovación del permiso a utilizar el espacio radioeléctrico al canal RCTV que vence el próximo 27 de mayo.
La táctica apunta a un retorno a la violencia, luego de una decena de fracasos de la oposición en las urnas desde 1998, ante la popularidad en aumento de Chávez, quien inició lo que llamó radicalización y profundización del proceso de cambios.
Esa proyección del Jefe de Estado va dirigida a la instauración en el país sudamericano del sistema de desarrollo socialista, para lo cual convocó a una reforma constitucional y a la integración de todas las fuerzas políticas de izquierda en un partido unido.
Sin embargo, observadores locales como el ex vicepresidente del país José Vicente Rangel alertan a la oposición que tampoco las prácticas violentas dieron buenos resultados en el pasado y son en gran medida causa del desplome de esos partidos.
Entre esas acciones se incluyen el golpe de estado de abril de 2002, derrotado en menos de 48 horas por la acción conjunta de la población y militares constitucionalistas y un posterior paro empresarial que paralizó importantes ramas económicas.
Las “guarimbas” (acciones callejeras) e intento de magnicidio con la participación de paramilitares colombianos, también fracasaron, entre otras acciones, en los ocho años de mandato de Chávez.
El tema de RCTV presentado como violación de la libertad de expresión, aunque se trata de la no renovación de una concesión, hecho normal en cualquier país, se esgrime como elemento movilizador de demostraciones callejeras de evidente sesgo político.
Según la valoración del diputado al Parlamento Andino Yul Jabour, detrás del intento están “ el imperio norteamericano, la cúpula empresarial del país, los dueños de canales de televisión privada y grupos radicales fascistas de la oposición”.
De acuerdo con esa concepción, el plan se vincula con acciones internacionales encaminadas a intentar de debilitar la imagen de Chávez, como la posición asumida por el Senado chileno, que pidió a la presidenta Michelle Bachelet intervenir en el tema de RCTV.
Esa posibilidad rechazada por Chávez, quien la calificó de injerencia, se unió a interpretaciones de las posiciones de Brasil y Venezuela en el tema del etanol, vistas aquí como un intento de enturbiar la cumbre energética.
Sospechosamente, en los días previos a la reunión de presidentes en Isla Margarita, se reportó el presunto secuestro en Venezuela de los padres del gobernador de un estado colombiano y se registró un atentado explosivo en un edificio oficial del estado Miranda.
Las presuntas divergencias entre Venezuela y Brasil demostraron en la cumbre ser una tormenta en un vaso de agua y el secuestro y la declaración del Senado chileno no afectaron la actividad en Venezuela del presidente de Colombia, Álvaro Uribe ni de Bachelet.
El fracaso en el plano externo, demostró -por otro lado- que existe en la región una conformación política crecientemente cercana a las posiciones venezolanas.
La Cumbre Energética, más allá de los avances integracionistas, dejó claro que cualquier acción anticonstitucional interna en Venezuela carecería de apoyo de los países vecinos, elemento a tener en cuenta para cualquier intento antigubernamental.
Fuente: Prensa Latina
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