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Salto Ángel, maravilla natural

Salto Ángel, maravilla natural Miguel Lozano

Caracas.- Con una altura de 979 metros (807 de caída ininterrumpida) el Salto Ángel, en Venezuela, es el más alto del planeta y preseleccionado entre los 28 sitios que optan en un sondeo mundial por la categoría de Siete Maravillas Naturales.
La encuesta comenzó en 2007 con 440 emplazamientos de 220 países, de los cuales se eligieron por votación 77 candidatos y de ellos salieron en julio de 2009 28 finalistas, seleccionados por expertos presididos por el ex director general de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Federico Mayor.
La cuantiosa votación universal en www.new7wonders.com, que ubicó este emplazamiento en el número 14 a nivel mundial, refleja la fascinación capaz de provocar por este salto de casi un kilómetro de altura insertado en el Auyantepuy, “montaña del diablo” en la lengua de los indígenas pemones.
La montaña es, de por si, uno de los atractivos más vistosos de la Gran Sábana, uno de los gigantescos “tepuy”, como se denomina a las elevaciones de abruptas paredes verticales y cimas planas, que añaden encanto adicional a la impresionante caída de agua.
Cifras que ilustran el hechizo que es capaz de provocar ese
emplazamiento: el Auyantepui tiene 650 kilómetros cuadrados y un pico de casi tres mil metros, mientras su meseta alcanza 700 kilómetros de largo.
Desde su cima cae la cascada más alta del mundo: el Salto Ángel, a veces llamado incorrecta, pero no injustificadamente, Salto del Ángel, por la magnificencia trascendental que impone la visión, fácil de identificar con una divinidad.
En realidad su nombre se debe a quien es conocido como su “descubridor”, Jimmy Ángel, un aviador que estrelló su avioneta en 1935 o 1935 en la cima de este coloso natural.
Sin embargo, varias fuentes aseguran que desde 1910 el explorador Ernesto Sánchez informó sobre la existencia del salto al entonces Ministerio de Minas e Hidrocarburos y posteriormente lo describió el capitán de la Armada venezolana Félix Cardona en 1927.
Según una de las versiones, fueron las descripciones de Cardona las que atrajeron el interés de Angel.
El salto se encuentra ubicado en el Parque Nacional Canima, en el estado venezolano Bolívar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997.
Antes del aterrizaje forzoso de Ángel el lugar era conocido como Kerepakupai-merú “caída de agua hasta el sitio más profundo” en idioma pemón.
Más allá de la decisión, que se espera conocer el 21 de julio, la majestuosidad de la caída del río Churún en la Gran Sabana venezolana, hace de este salto un fenómeno natural capaz de sobrecoger a los más insensibles.
La relación de los preseleccionados incluyó por América Latina la Amazonía (compartida por ocho países), el desierto de Atacama (Chile y Perú); el Cañón del Chicamocha (Colombia), el lago Coatepeque (El Salvador) y las islas Cocos (Costa Rica).
La selección parte de criterios como belleza, importancia ecológica, legado histórico, diversidad y ubicación la geográfica, con el propósito de una distribución equitativa por continentes en la selección final que se espera tener en 2011.
Los interesados de todo el mundo podrán votar por las siete maravillas definitivas, entre las cuales el Salto Ángel tiene grandes opciones por la el sugestivo embeleso que provoca la simple visión (aunque sea fotográfica) de esta maravilla natural.
Fuente: Prensa Latina


Dudamel, fenómeno musical

Dudamel, fenómeno musical Miguel Lozano
Caracas.-Con aspecto de cantante de pop, Gustavo Dudamel, referencia de multitudes en Venezuela, es hoy autor de una especie de milagro: unas 15 mil personas reunidas en Caracas para un concierto sinfónico.
Atraídos por lo que ya es un raro fenómeno de popularidad para músicos que no incursionan en el pop, el rock, la salsa u otras expresiones populares, la batuta de Dudamel repletó a fines de julio el capitalino parque Los Caobos.
Varias generaciones disfrutaron unidas de un concierto de la Orquesta del Teatro Teresa CArreño, dirigidsa por Dudamel, un producto del "sistema" de orquestas infantiles y juveniles, con 200 agrupaciones creadas por iniciativa del maestro José Antonio Abreu y unos 240 mil niños y jóvenes venezolanos.
En el centro, batuta en mano, el joven director Dudamel brilla en la constelación con el ímpetu de sus 28 años de edad y una habilidad que le ha generado ya reconocimiento mundial, entre ellas la dirección de la Filarmónica de Los Ángeles.
Dudamel apareció en la escena internacional en 2004, cuando ganó el concurso Bamberg Symphony Gustav Mahler Conducting y luego, entre otras muchas orquestas dirigió Don Juan de Mozart en la Scala de Milán, las filarmónicas de Londres e Israel y la orquesta de Santa Cecilia de Roma.
Nacido en 1981 en Barquisimeto, afirma que llegó a la música atraído por el trombón, que su padre aprendió a tocar con el “sistema” de orquestas, aunque por sus brazos todavía pequeños se inició con el violín a los cuatro años de edad.
Desde los 12 años integró una de las orquestas juveniles que tiene el respaldo estatal, opción para jóvenes de pocos recursos, incluyendo niños desamparados.
En Los Caobos, Dudamel presentó un repertorio típico del “sistema”, piezas clásicas del repertorio mundial y de autores latinoamericanos, una características que ha dado a conocer muchas obras de la región en el resto del mundo.
Suite No. 1 de Carmen y Los Toreadores de Georges Bizet; Obertura Caballería Ligera, de Franz von Suppé, y Sansón y Dalila de Camille Saint-Saëns fueron seguidas con atención, hasta el desborde con piezas como Alma Llanera del venezolano Pedro Elías Gutiérrez.
El concierto, que sirvió para inaugurar una concha acústica al aire libre en el parque capitalino, mostró –una vez más- la calidad del joven músico venezolano, convertido ya en leyenda.
Surgido del “sistema”, Dudamel es hoy expresión de los talentos musicales que ha ayudado a descubrir la iniciativa del maestro Abreu, muchos de los cuales usualmente se pierden por falta de recursos o ausencia de oportunidades.
Fuente: Prensa Latina

Huáscar Barradas, reggaetón a lo Rachmaninoff

Huáscar Barradas, reggaetón a lo Rachmaninoff

Miguel Lozano
Caracas.- Con una apuesta arriesgada, aún para quien acostumbra al asombro, el flautista venezolano Huáscar Barradas despidió 2008 con su disco Reinvención, que pretende atraer a damas de 60 hasta “pavitos” de zarcillos y moñitos.
El artista, de preparación clásica y vocación popular, es hoy uno de los músicos venezolanos de mayores recursos y un trabajo que sobrepasa la tan llevada y traída “fusión” para convertirlo en uno de los mejores jazzistas con sabor nacional del momento.
Aunque el disco de 11 temas tiene invitados de la talla de Oscar D’León, la flauta de Barradas, su ingenio musical y destreza de ejecución, marcan la obra que puso ya el sencillo promocional, Tamborera gitana, en tercer lugar de los éxitos musicales del país.
Reinvención, el disco 12 de Barradas, puede ser considerado irreverente por algunos, pero para otros recordará el aporte con que Juan Luis Guerra llevó a niveles insospechados en su Bachata Rosa un género popular discriminado por los “sabios”.
Reinvención, ha dicho el músico, está concebido para que “lo escuche tanto una señora de 60 años como un chamo (muchacho) de esos pavitos que andan con zarcillos y moñitos. Es para todos”.
Para ello utiliza temas conocidos con un nuevo enfoque como Florentino y el Diablo (del folklore venezolano) en joropo-rock, Bolero de Ravel con tambores y un Reggaetón Alternativo con letra de Pablo Neruda.
“Es el reggaetón que a mí me gustaría que fuera, con una letra bonita”, ha dicho Barradas al presentar su disco que incluye textos de Pleito de Amar y Querer, de Andrés Eloy Blanco, y Táctica y Estrategia de Mario Benedetti.
Están presentes también extractos musicales del tercer movimiento del Concierto No. 2 para Piano y Orquesta de Rachmaninoff, Romeo y Julieta de Tchaikovsky y El Pájaro de Fuego de Stravinsky.
Después de conocido esto ¿alguien podrá poner en duda que se trata de un disco asombroso? Seguramente no, pero escucharlo provoca todavía un efecto mayor para amantes del jazz, el folklore o la llamada música clásica.
Presentado como un disco en el que se entretejen y se funden la razón y la emoción, la obra aborda la contradanza zuliana, calipso, joropo, la Onda Nueva, el vals y el merengue venezolano, con diferentes golpes de tambor y una visión novedosa.
El disco es una expresión sincera de la filosofía de Barradas, para quien la música no tiene fronteras, sin importarle si el Bolero de Ravel suena con tambores y el reggaetón comparte con Rachmaninoff, Tchaikovsky o Stravinsky.
¿Qué tal si el tango suena como una contradanza zuliana y si una tamborera se toca con palmas y sabe gitana?
Barradas asegura que el nacimiento de Reinvención se remonta a dos años atrás cuando rumbo a la isla venezolana de Arapo, su amigo José Zambrano comenzó a gritar: ¡Contaminación, contaminación!
Me acerqué –cuenta- y me dijo: “Tienes que contaminarte, contaminarte aún más de todo tipo de música, tu nueva producción va a estar contaminada de la buena música de todo el mundo” (…) Acepté su sugerencia, y quedó sembrada en mí la “contaminación”
En un principio el disco se iba a llamar Contaminación, pero la connotación negativa dio lugar a Reinvención, que también ilustra el concepto de riesgo, irreverencia y espontaneidad que nos deja este disco de un singular músico venezolano a la salida de 2008 e inicios de 2009.
ml

Tomuzas, la novela del pueblo perdido

Tomuzas, la novela del pueblo perdido

Por Miguel Lozano

Caracas.- Sin ser restaurador, el venezolano Aldemaro Barrios Romero emprende en su novela Tomuzas un ejercicio de recuperación cultural, mediante la ficción, de una etapa escamoteada que podría cambiar algunos conceptos históricos.
Investigador, analista y cronista, Barrios Romero entrega en 2008 al público latinoamericano una obra que, como corresponde al género de la novela histórica, entrelaza muerte y amor con historia y ficción para ofrecer una obra singular por su lenguaje y enfoque.
El libro desmiente la historia contada y asegura que los españoles fueron derrotados durante 200 años por los tomuzas, diestros en emboscadas, que dominaron la pólvora y las técnicas de inteligencia,
sólo doblegados por el crucifijo y la des-culturización.
Los tomuzas están, desde ahora, también presentes en una novela indispensable para quien esté interesado en respuesta a la eterna pregunta: ¿De dónde venimos?, sobre lo cual Prensa Latina conversó con su autor:
- ¿Cuáles fueron las motivaciones para escribir esta novela con un contexto poco usual?
- Ante todo, el reconocimiento que hay una historia nunca contada. Hay investigaciones de autores desde misioneros como fray Antonio Caulín hasta Marc de Civrieux, un etnógrafo franco venezolano, que revelan el episodio poco conocido de 200 años de guerras.
Historiadores reconocidos como Iraida Vargas y Mario Sanoja, afirman que durante ese período la guerra no fue ganada por los españoles militarmente.
Al darse cuenta que por la vía militar no podían ganar, la Iglesia resolvió el problema al desmontar los valores que sostenían culturas como la de los tomuzas, desde el punto de vista del lenguaje, manifestaciones culturales y formas de expresión.
Esa es una de las motivaciones que me llevó a pensar que es necesario revelar historias, aunque fuese en formato de ficción, pero sustentada en una plataforma de investigaciones.
-¿Qué pruebas hay de eso?
- Hoy en Venezuela entre Caracas y Maracaibo hay ciudades de importancia político-histórica (Barquisimeto, Maracay, Valencia) pero entre Caracas y Barcelona, en el oriente, donde los tomuzas tenían influencia no hay ciudad de importancia, salvo Barcelona.
Eso es precisamente por la resistencia de tipo militar: no pudieron asentarse los españoles en esa distancia de unos 400 kilómetros.
También se nos ha dicho que una causa por la cual los aborígenes perdieron la guerra fue porque los españoles usaban mosquetes y dominaban la pólvora y los aborígenes flechas y macanas.
Sin embargo, resulta que hay un período cuando los cumanagotos, cores y tomuzas aprendieron a usar la pólvora e incluso mosquetes porque se asociaron los holandeses que de manera oportunista los utilizaron para debilitar las fuerzas españolas.
- Pero ¿por qué el formato de ficción?
- En principio porque desde el punto de vista documental histórico hay indicios y señales pero no la historia totalmente construida por varias razones: una de ellas que era ágrafos y la única forma de reconocer un valor olvidado es a través de la ficción.
-¿Cómo se articula el basamento histórico con la trama?
-Hay un personaje central, el cacique Kurúpira, quien dirige y coordina el enfrentamiento con los españoles y organiza a las familias para provocar la unión entre etnias.
Es una intención de darle protagonismo a un personaje vinculado con una doctrina si se quiere política, la de la unidad de los pueblos.
Kurúpira, en la novela, logra unir a grupos como kores, tesermas, guamonteyes, guarinos, en unas reuniones de jefes de grupos y les aclara en sus palabras que es necesaria la unión de los pueblos para enfrentar un enemigo poderoso.
Además hay pasajes del amor entre los aborígenes, para reflejar como en su cosmogonía concebían el amor, cual era esa relación y como había –testimoniado- grupos comandados por mujeres que era muy fuertes, tanto o más que los hombres.
La novela refleja la dignidad del aborigen. Su lucha no era de exterminio, sino de supervivencia, en función de valores ancestrales y de ritos. Los aborígenes batallaban, se retiran y podían hasta recibir a los españoles derrotados sin tomarlos prisioneros.
Incluso los aceptaban dentro de su grupo humano. En la novela hay una historia de una teserma de nombre Totoi que rescató a un español abandonado. Ellos se enamoran, hacen una familia y él se asimila a la cosmogonía aborigen.
El libro queda abierto para una segunda parte, el período que va después de 1630, que creo es similar en toda Latinoamérica, cuando los españoles se dan cuenta que por la vía de las armas no podían imponerse sino por la lengua y la dominación cultural.
- ¿Esa sería su segunda novela?
- Sí, Tomuzas es la primera, aunque también tengo un libro de crónicas “De tierra fría a tierra caliente”, génesis de este trabajo.
Fue publicado en 2005 y retrata una región del norte de Venezuela entre el llano y la montaña. Allí hay una variación cultural de raíces afros, hispanas y aborigen.
-¿Qué actualidad atribuye a hechos ocurridos cuatro siglos atrás?
- La luchad e resistencia sigue. Hay un enfrentamiento con un país neocolonialista como Estados Unidos. Nos enfrentamos a la misma resistencia en el ámbito de las ideas y de la Cultura.
Estos son valores para tomarlos como armas de conciencia hacia lo que somos y por qué somos, pues.
Fuente;Prensa Latina

Fascina a Venezuela la Camerata Romeu

Fascina a Venezuela la Camerata Romeu

Miguel Lozano

Caracas.- La Camerata Romeu debutó en Venezuela este 8 de marzo con su peculiar recreación de música latinoamericana para un público que colmó el Centro de Arte la Estancia y respondió exultante al virtuosismo de la orquesta femenina cubana.

La presentación de las 15 jóvenes ejecutantes de instrumentos de cuerda, dirigidas por Zenaida Romeu, se integró a la celebración en el país suramericano del Día Internacional de la Mujer, en una edición de la Noche de Gala de La Estancia.

El programa abarcó obras de los argentinos Astor Piazzola y Gerardo di Giusto, los mexicanos Arturo Márquez y Eduardo Gamboa y segunda parte de predominio cubano con piezas como Final obligado, de Carlos Fariñas, y La Bella Cubana, de José White.

El repaso incluyó obras de José María Vitier y Juan Pulio, pero la alegría de la noche venezolana llegó a su máxima expresión con Almendra, el danzón de Abelardo Valdés y Camerata en Guaguancó, de Guido López Gavilán.

“Un concierto glorioso”, fue el dictamen hecho a Prensa Latina por el director del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, José Antonio Abreu, para quien es “profundo orgullo ver en nuestra América Latina una orquesta de este altísimo nivel”.

Abreu, creador del sistema que hoy agrupa a 300 mil niños y jóvenes en formaciones musicales en todo el país, consideró la Camerata Romeu “una orquesta única en el mundo, orgullo de Cuba y de nuestro continente”.

“Un trabajo excepcional. Todas y cada una de las integrantes de esta camerata son realmente profesionales y virtuosas y su directora eminente, erudita. Estamos fascinados con su presencia en Venezuela”, subrayó Abreu.

Interrogada sobre la calurosa acogida, pese a ser la primera presentación en el país y no estar presente en el circuito comercial, Romeu expresó su satisfacción por ver como se cumple el propósito de difundir música latinoamericana.

La gente, precisó, tiene mucha referencia de la música universal pero es desconocida la mejor obra de muchos compositores de la alta cultura de Latinoamérica: “Por eso –confesó- estoy pletórica por la respuesta del público”.
Fuente: Prensa Latina

Torrealba, 91 años de arpa, cuatro y maracas

Torrealba, 91 años de arpa, cuatro y maracas

Miguel Lozano

Caracas.- La música llanera, con arpa, cuatro y maracas es signo de jolgorio, tradición y nacionalidad venezolana a pesar de tratarse de un género regional en un país con una geografía extensa y variada, con montañas, costas, bosques y desiertos.

La capacidad de trascender los estados que abarcan el llano venezolano (Apure, Barinas, Portuguesa, Cojedes, Guárico, Anzoátegui y Monagas) marca una expresión que dejó de ser nacional para identificar a todo el país.

La música con la llanura como inspiración cuenta entre sus puntales a Juan Vicente Torrealba, que en febrero pasado cumplió 91 años, 75 de ellos de carrera artística.

Aunque nacido en Caracas el 20 de febrero de 1917, la música llanera domina la mayor parte de una extensa obra de más de 300 canciones y 130 discos, con una pieza emblemática de la cultura venezolana: Concierto en la llanura.

Canciones como La potra zaina, Esteros de Camaguán, Sabaneando o Rumor de soledad muestran una capacidad creadora capaz de asumir la naturaleza como folclore y estilizar la vida de la llanura en obras de un preciso valor artístico.

Su inspiración incluye el pájaro que canta, el samán que se mueve al influjo del viento, el potro que atraviesa el palmar, la soledad de la llanura que cobija el amor del campesino, el rumor del río, el mundo de sonoridades de la sabana y su gente.

Él mismo cuenta que sus inquietudes musicales nacieron por la guitarra y la influencia de la música cubana. Se dice que en su primera presentación como artista (todavía con la guitarra) interpretó Cuidadito compay gallo, del cubano Ñico Saquito.

Sin embargo, rápidamente abandonó ese instrumento al entrar en contacto con el arpa, mediante Ignacio "El Indio" Figueredo.

Con su hermano Arturo Torrealba, el hijo de éste Santana Torrealba y Ángel Custodio Loyola, cantante, fundó en 1947 Los Torrealberos, un grupo que lo acompañó toda su carrera, al que volvía una y otra vez luego de períodos de búsqueda artística con diferentes formatos.

Su Concierto en la llanura (1948) obtuvo tal reconocimiento que se convirtió en tema de ejecución obligatoria para la obtención de la licenciatura en arpa en países como México y Paraguay, según recogen cronistas de la época.

Su virtuosismo lo llevó a grabar con orquestas sinfónicas y la búsqueda artística lo acercó, a principios de los años 70 del siglo pasado, a la música electrónica, experiencias que fueron enriqueciendo su obra.

En los años 80 incursionó en la fusión de salsa, pasaje y samba, para crear un ritmo que denominó Súper 80, durante uno de sus períodos alejado de los Torrealberos.

Aunque está retirado desde 1986, la música de Juan Vicente Torrealba sigue emergiendo en la Venezuela de hoy con total vigencia, mientras el músico, arreglista y compositor decidió incursionar en otras expresiones artísticas como la fotografía.

Como muestra de su vitalidad creadora, su esposa reveló en una reciente entrevista que a los 91 años está aprendiendo a manipular una cámara digital para seguir congelando momentos especiales de la vida de la llanura.

Entre los muchos reconocimientos se le ha incluido entre las 100 Personalidades Latinoamericanas del Siglo XX, profesor honorario de la Academia Militar de Venezuela y Patrimonio Cultural de la Música Universal por el Gobierno del Departamento del Meta en Colombia.

Músico de la sabana, a donde llegó a los ocho meses de nacido, sus obras expresan, mejor que tratados geográficos, la esencia de una extensa y hermosa región de belleza sobrecogedora que abarca el 35 por ciento de Venezuela.

A los 91 años, disfruta en vida del reconocimiento de una obra que es para los venezolanos un clamor de fiesta, resultado de su capacidad para contribuir a enaltecer un género musical hasta convertirlo en representante de una nación.
Fuente: Prensa Latina

Víctor Valera Mora, poesía subversiva

Víctor Valera Mora, poesía subversiva

Miguel Lozano

Caracas.- Si es cierto que el ocultamiento de su obra puede ser peor que la muerte para un poeta, el venezolano Víctor Valera Mora goza hoy de una resurrección con la revalorización de su poesía considerada referencial, tras un ostracismo casi total durante su vida.

El periodista y diputado venezolano Earle Herrera afirma que por los años 70 los órganos represivos consideraban el libro Amanecí de bala "más subversivo que todos los focos guerrilleros que aún existen en el país".

Sólo con los cambios políticos en marcha en Venezuela comenzó a conocerse ampliamente la poesía irreverente y plena del "Chino", que pasó del acoso a ser declarada Patrimonio Cultural de la Nación por la Asamblea Nacional.

Asimismo se instauró el Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora, -equivalente al Rómulo Gallegos de narrativa- en reconocimiento a los valores de su poesía de temas humanos como las balas y el amor.

Su antología publicada por la Asamblea Nacional de Venezuela, por iniciativa del diputado Eddy Gómez, incluye Canción de soldado Justo (1961), Amanecí de bala (1971), Con un pie en el estribo (1972), 70 poemas stalinistas (1979) y Del ridículo arte de componer poesía (póstumo 1979-1984).

"Poesía entre la ternura y la explosión, el abrazo y la revuelta" definió Herrera esta obra en el prólogo de sus obras completas. Una poesía que "iba de la mano de su lucha, completó Gómez en la presentación del poeta al parlamento.

Nació el 30 de abril de 1935 en el estado Trujillo, graduado de Sociología en Caracas, era amante de la Revolución Cubana y admirador de Vladimir Maiakovski, Jacques Prévert, Walt Whitman, Vicente Huidobro y Pablo Neruda. Murió el 30 de mayo de 1984.

Fue miembro destacado de la Pandilla de Lautréamont, grupo que proclamaba la necesidad de la poesía para todos, una proyección convertida en política por el actual gobierno.

Al argumentar la importancia de su obra para declararla Patrimonio Cultural de Venezuela, la Asamblea Nacional argumentó: Se trata de "un discurso rebelde e irreverente, con un contenido político y social, aunado a una propuesta estética moderna que incluye el discurso caótico, el fluir de la conciencia y la anulación de la sintaxis, propias del surrealismo, además del humor, el erotismo, la presencia de lo cotidiano, que en conjunto resulta en una obra que expresa decididamente una ruptura de la retórica de la solemnidad burguesa”.

Para algunos como Rafael Rosell, su obra fue la más radical en la época y el libro más incisivo es Amanecí de bala (iniciado con el exordio ¡Odien! ¡Hártense de Poesía!) "panfletario, con odio, pero lleno de sueños, herejías y utopías posibles".

El ministro de Cultura, Francisco Sesto, quien propuso nombrar Valera Mora el Premio Nacional de Poesía, lo calificó como "un poeta que va de lo político a lo amoroso, que es duro, hace humor, ironía y es capaz de una ternura infinita".

Para Sesto el poeta, no tan conocido a nivel internacional como debe serlo, legó una obra que intenta interpretar al mundo, transformarlo y conmoverlo también. El antropólogo Maury Márquez cita a Hidegger: "El origen no está detrás nuestro, sino más bien delante de nosotros" para indicar que hacia esa dirección apunta la poesía del "Chino" Valera.

El también poeta y gobernador del estado Anzoátegui, Tarek William Saab, estima que la calidad de sus composiciones lo hace un escritor clave y definitivo para las letras venezolanas, aparte de ser uno de los renovadores de la moderna poesía venezolana.

Personalmente llegué hasta Varela Mora por un poema que me mostró, como al descuido, el diputado Eddy Gómez, entre cafés y acercamiento a los problemas actuales de la Amazonia y que después descubrí es referencial en tertulias poéticas, sobre todo sus dos primeras líneas:

OFICIO PURO

Cómo camina una mujer que recién ha hecho el amor
En qué piensa una mujer que recién ha hecho el amor
Cómo ve el rostro de los demás y los demás como ven el rostro de ella
De qué color es la piel de una mujer que recién ha hecho el amor
De qué modo se sienta una mujer que recién ha hecho el amor
Saludará a sus amistades
Pensará que en otros países está nevando
Encenderá y consumirá un cigarrillo
Desnuda en el baño dará vuelta
De la llave de agua fría o del agua caliente

Dará vuelta a las dos a la vez
Cómo se arrodilla una mujer que recién ha hecho el amor
Soñará que la felicidad es un viaje por barco
Regresará a la niñez o más allá de la niñez
Cruzará ríos montañas llanuras noches domésticas
Dormirá con el sol sobre los ojos
Amanecerá triste alegre vertiginosa
Bello cuerpo de mujer
Que no fue dócil ni amable ni sabio
Fuente: Prensa Latina

Pablo García y El Callejón: jazz del barrio

Pablo García y El Callejón: jazz del barrio

Miguel Lozano

Caracas.- De Pablo García se ha dicho que es el rey del free-jazz venezolano y parte de la vanguardia musical caraqueña que recoge lo más actual de la música mundial sin perder de vista la raíz nacional.

En sus interpretaciones, marcadas por una veneración a la improvisación, hay de todo: desde el sonido de New Orleans, hasta los ecos ancestrales y caribeños, para dar como resultado una música urbana y universal.

Pablo fundó El Callejón en 2003, un nombre que no solo sirve para identificar a la agrupación sino también reafirma la pertenencia de estos músicos al barrio, como célula de la sociedad moderna.

En una tarde de jazz en La Estancia â?"centro cultural de Petróleos de Venezuela (PDVSA)-, luego de una sesión con su amigo Xavier Padilla, bajista y trotamundos musical venezolano, conversa con Prensa Latina sobre aspectos de la actualidad del género en el país.

-El jazz ha sido siempre una especie de contradicción en Venezuela. Aquí se le considera una música elitista, burguesa y es lo contrario: nació de la discriminación, es popular, enraizada muy políticamente.

El jazz surgió a partir de la reacción de la lucha social y civil norteamericana, como propuesta de liberación. Es la única música realmente internacionalizada, internacionalista.

-¿Y que pasó en Venezuela?

-Aquí la propaganda la llevó a una forma pequeñoburguesa. Lo que sucede es que vamos a los locales a tomar whisky, a disfrutar de aire acondicionado y escuchar una música que no nos incomode.

-Tienes una pasión por la improvisación, algunos te consideran padre del free-jazz venezolano.

-Es que el jazz ha sido siempre música espontánea desde sus comienzos en Nueva Orleans, la cuna, y el free-jazz va más a esa raíz que el jazz standard. La improvisación colectiva se practicaba allí. El free jazz recupera eso.

Además, está en el origen de la música: la primera manifestación musical tiene que haber sido improvisada.

-¿Cómo vez el futuro del jazz en Venezuela?

-El músico mismo debería de ver la raíz verdadera del jazz, que está en la lucha social. Es cierto que hoy ha cambiado mucho la cultura y esta expresión se ha expandido, ha salido a la calle, pero falta todavía mucho por recorrer.

La música debe ser tomada como arte, no sólo como diversión. Es lúdica pero también pensada ideológicamente.

Sobre el escenario Pablo García se vuelve dueño y deja atrás una aparente timidez, propia de los pueblos indígenas.

Interpreta una variedad de instrumentos, pero fundamentalmente el saxo (tenor y soprano), sin olvidar algunos poco conocidos de procedencia aborigen.

Todo ello lo hace ver de inmediato como un verdadero creador de grandes posibilidades interpretativas y una espontaneidad relevante que marca lo que compone y toca. Se ha autodefinido como "saxofonista sin collar".

Sus músicos, como él mismo, provienen del barrio capitalino Sarría y la mayor parte de Autana, una agrupación que nunca grabó un disco pero marcó una etapa de los años 80 del siglo pasado en el "underground" caraqueño.

Muchos como el propio Xavier Padilla y el percusionista de reconocimiento internacional Orlando Poleo, consideran a Pablo su maestro, expresión de una docencia ejercida desde el barrio, como toda su música, urbana y ancestral.

Fuente: Prensa Latina

Xavier Padilla: el regreso de Autana

Xavier Padilla: el regreso de Autana

Miguel Lozano
Caracas.- Años de trotamundos no han ahogado en Xavier Padilla lo que aprendió de Pablo García, padre del free jazz venezolano: la improvisación es la base de la música, así fue como el hombre comenzó a expresarse.
Quienes no lo identifican como el bajista de Gipsy Kings pueden apreciar esta característica y su capacidad interpretativa en You Tube en vivo con el grupo gitano francés en Kenwood Hall de Londres en 2005.
Sin una gran discografía, el bajista, compositor y arreglista, nacido en Caracas en 1963, cuenta con una amplia experiencia de actuaciones como bajista con grupos como los franceses Gipsy Kings, el quinteto griego Iasis o los alemanes Dunkel Ziffer.
Antes de partir de Venezuela en 1987 formó parte del grupo Autana, creado en 1979 y llevó su bajo a numerosas agrupaciones caraqueñas, hasta que la incomprensión existente entonces en el país suramericano lo llevó a atravesar fronteras.
De la mano de un programa del Centro Cultural La Estancia, dependencia de Petróleos de Venezuela (PDVSA), dedicado a repatriar talentos, Padilla volvió a presentarse ante el público nacional en este agosto de 2007, a lleno completo.
Junto con Pablo García, algunos ex miembros del grupo Autana y otros amigos, el bajista venezolano centró una demostración de los caminos por los que anda el jazz venezolano, en el cual confluyen talento y virtuosismo.
La historia de Padilla resume también, en alguna medida, el cambio de enfoque hacia la cultura de la que fuera la IV República (desde el fin de las dictaduras militares en 1959 hasta el triunfo de Hugo Chávez en 1999) con el concepto actual.
En 1984 el grupo Autana, de la capitalina barriada Sarría, ganó el premio "Mejor Grupo Experimental" en el Primer Festival del Movimiento Musical Afrocaribe en el Nuevo Circo de Caracas.
Sin embargo los jóvenes (Jesús "Chucho" Manzanares, José "Viruta" Martínez, Raúl Bolívar, Ricardo II Chitty, Néstor Pérez, Orlando Poleo, Orlando "Diablo" Blanco, Alberto Borregales, Octavio Cabrera y Xavier Padilla) no pudieron recibir el premio.
"Nos había sido negada la entrada al evento porque los muchachos de barrio que éramos andábamos en zapatos de goma y no teníamos paltó (chaqueta)", recordó recientemente Padilla en un artículo en la publicación electrónica Aporrea.
El agravio vino acompañado del cierre de la casa de Sarría donde ensayaban por decisión contradictoria de una institución que debía apoyar el desarrollo artístico, el Consejo Nacional de Cultura.
Padilla confesó en la publicación electrónica Aporrea que la decisión de emigrar no fue una decisión fácil, "pero nuestro país de entonces, el de la IV República, ya era para muchos artistas nacionales algo bastante menos que un espacio prometedor”.
"Nuestra expresión popular y espontánea escapaba sin duda a la diplomada intuición de estos supuestos benefactores y arquitectos de la cultura nacional", que hicieron demoler la casa de Sarría "en lugar de percibir el fenómeno como (…) potencialidad creativa”
Autana, que había provocado una especie de movimiento popular, pasó a ser así un mítico recuerdo de la música capitalina, aunque no grabó un disco porque como recuerda Padilla "nunca tuvimos los medios para ello".
En su reencuentro con el público caraqueño, Padilla atribuyó la falta de atención al grupo al hecho de que no hacía música comercial, dominada entonces por lo que denomina fenómeno daiquiri.
SegúN su opinión, el grupo, que tocaba sin cobrar en hospitales, actos de protestas y apoyo de causas sociales, influyó en el medio musical "underground" caraqueño de 1977 a 1987.
En ese taller se formó el percusionista Orlando Poleo, Xabañón, primer grupo de fusión contestatario capitalino y el Cuarteto de música Creativa de Pablo García y Antonieta Colón, pioneros del etno-free jazz en Venezuela.
Dejar mi país, explicó, no fue una partida de aventura, sino un lanzamiento a un vacío completamente ajeno a la matriz cultural y musical en que me había formado.
Para el músico, "hoy en día Venezuela tiene otro semblante (…) la esperanza, la ambición por un sano desquite son grandes".
En conversación con Prensa Latina Padilla explica que está interesado en actuar más en el país y poder seguir tocando con los amigos músicos.
-En realidad tengo intención de venir pronto a instalarme en Venezuela, en dependencia de las posibilidades laborales. Aquí hay músicos muy buenos, mucho talento, nada que envidiar.
-¿Crees que ahora hay mejores condiciones para el jazz?
-Pienso que sí. De hecho yo soy la prueba. Me llamaron y me trajeron de allá, cosa que hubiera sido imposible en tiempos pasados no muy remotos.
Fuente:Prensa Latina

La música del Duque: arqueología y nostalgia

La música del Duque: arqueología y nostalgia

Miguel Lozano
Canciones olvidadas vuelven hoy a los oídos de quienes alguna vez vibraron con ellas de la mano de bitácoras (blogs) de nostálgicos y melómanos que conjugan su pasión con la herramienta tecnológica de Internet.

Un ejemplo de ello es José Roberto Duque, con su blog La música del Duque (http://duquemusical.blogspot.com) un sitio irreverente, nostálgico, el cual conjuga música para escuchar y bajar a la computadora con comentarios penetrantes.

En conversación con Prensa Latina, Duque –periodista y escritor venezolano- asegura que disfruta de esta “arqueología musical”, de canciones que si no fuera por Internet habrían desaparecido.

Sobre el origen del blog –con canciones insospechadas- contesta que derivó de un proyecto radial que nunca fue realizado, hasta que descubrió la herramienta de Internet.

La iniciativa tuvo una aceptación imprevista. La bitácora fue visitado desde noviembre de 2005 por 455 mil 104 personas hasta el 22 de agosto de 2007 y aumenta en proporción de más de mil por día (mil 994 el 23 de marzo).

Duque, quien se define “escritor, periodista, etcétera. Más etcétera que lo otro”, rebusca recuerdos musicales y hace valoraciones sentimentales y sagaces de canciones que fueron famosas o pasaron por debajo de la cortina comercial.

Según su criterio: “Los años 80 venezolanos hirvieron de un género mitad pop, mitad rock y las otras mitades de balada”.

Pero una sorpresa es las visitas al blog y participación en él de personas más jóvenes que quienes experiementaron “esa cosa inexplicable que uno siente en presencia de canciones de los 70”

Asegura que una sensación similar “la siente otra gente ligeramente menor que uno al escuchar lo que pegaron en la década siguiente intérpretes como Ilan Chester, Yordano, De Vita y un etcétera compuesto por siete u ocho grupos y cantantes más.

Una perla del blog:“Se me antojó escoger las canciones que más languidecen o hacen languidecer, y he aquí que me he decidido por dos que me enviaron, respectivamente, Dj The Chatman y Gaby Ibarra: Amándote, de Colina; y A flor de piel, con Luz Marina.
“Esta última no era exactamente buena cantante ni exactamente bella, pero tenía un no-sé-qué bien sabrosito, con un interesante aroma (…) que ya ustedes se encargarán de desentrañar, si no la han escuchado o sentido con detenimiento.
“En cuanto al no-sé-qué de Colina, vale la pena más bien decir que este sí es o fue un buen cantante.

Otra: “Tengo rato buscando a Raquelita Castaños. Sin mucho fervor por falta de tiempo, lo confieso. El caso es que un usuario llamado Enzo Gianvittorio escarbó en Youtube y encontró, ni más ni menos, (Abrázame) la canción más potente y femenina interpretada por esta cantante venezolana semi-olvidada.

“Para quienes no la escucharon nunca y que tienen algún problema en el aparato auditivo: favor no confundir con María Conchita Alonso, quien le hizo una versión espantosa. Al lado de Raquelita Castaños, la voz de María Conchita suena como un tractor tratando de imitar a un coro de ángeles”.

Sobre Evio Di Marzo el Duque opina que “es preciso decir en su descargo que no cantaba como un estúpido y por lo tanto no tenía forma de embelesar por completo a una generación particularmente proclive a dejarse arrastrar por las canciones estúpidas”.

Aunque Duque no se limita únicamente a la música venezolana, lógicamente tiene un peso importante y sus notas bien podrían servir de base para una especie de recopilación de recuerdos del país suramericano.

Duque considera que “Fue una decisión más o menos sabia desde el punto de vista del mercadeo: en vista del éxito de la "canción de verano" en España, el grupo venezolano Los Tres Tristes Tigres quisieron hacer algo que se adecuara a ese boom de temporada.

“Les salió algo casi tan, tan... bueno, les salió algo tan así que muy probablemente hayan causado algún furor en España y en otros países.

“En Venezuela la aplanadora fue rotunda. Era 1972 y la juventud de las ciudades estaba dispuesta a dejarse embelesar por melodías fáciles y letras tan... tan... tan profundas como la del inolvidable comienzo:

“Dum dum mira cómo baila/mi linda muchachita sobre la arena...
Y ni hablar del coro: Dum dum, lala-lará..”.

Canciones que nos estremecieron y guiaron la formación sentimental de varias generaciones de hispanohablantes, así presenta su blog Duque, expresión de una corriente nostálgica en Internet, también ventana al pasado musical para los más jóvenes.

Fuente: Prensa Latina

Entrevista/José Ángel Fernández Silva Wuliana

Entrevista/José Ángel Fernández Silva Wuliana

Poesía Wayúu: las palabras del sol 

Miguel Lozano

Caracas.- Poeta e indígena es una combinación poco conocida que se conjuga en el venezolano José Ángel Fernández Silva Wuliana, un nombre como un río de letras y misterios, cual la mitología de su etnia wayúu.

A este poeta nacido en 1961 en un lugar con un nombre evocador, Laguna del Pájaro, en la Guajira venezolana, lo conocí en esencia (por su obra) gracias a la antropóloga Beatriz Bermúdez, quien me habló de su libro Nunuiki ka´ikai. Lenguaje del Sol.

A José Ángel en persona lo encontré luego, casualmente, en una reunión de escritores cubanos y venezolanos en Caracas, en la cual coincidimos a la hora señalada como almas en pena castigadas por llegar a tiempo, una característica que es casi un defecto en el Caribe.

Mi puntualidad es, en todo caso, una deformación familiar, pero para José Ángel parece ser parte de un mundo maravilloso, aunque no perfecto, en que se desenvuelve su poesía, en el cual hablan pájaros y hombres y su cabrito cimarrón bebe sueños de rebeldía.

Leer su antología Nunuiki ka´íkai, Lenguaje del Sol es comprender que en su naturaleza todo es poesía: los cactus que crecen en el techo, las huellas de las doncellas, el son de los tambores, los pasos del viento y el cielo de sus difuntos.

En el poema que da nombre al libro escribe a su amada: Suchikijee aliikajatukaa meemetshi tu/ soo´ujee tu puta kasuutotkolu/ aashajaajeena waya suchiki nunuiki ka´ikai. Después de esta tarde de llovizna/ sobre tu piel blanquecina/ hablaremos sobre el lenguaje del sol.

El poeta escribe lo que tradicionalmente los wayúu dicen, como expresión de una cultura oral con mucho de onírico que parece hallar ahora en Venezuela, un terreno fértil con la política cultural impulsada por el gobierno del presidente Hugo Chávez.

- José Ángel, ¿qué pueden aportarle las literaturas indígenas americanas a nuestro mundo actual?

- Vistas las literaturas indígenas mezcladas con múltiples voces contemporáneas y originarias vemos que está emergiendo poco a poco, cual canto sinfónico que pudiera también hacer visible un mundo mucho más humanos y espiritual.

- Como por ejemplo…

- En el caso de los wayúu la interpretación de los sueños funciona como un psicoanálisis que no sólo restablece el equilibrio del individuo, sino al mismo tiempo el equilibrio colectivo de los miembros de la etnia.

- ¿Por dónde pasa el camino del reconocimiento pleno de las literaturas indígenas?

- Creo que en principio el proceso pudiera dar al traste con la necia diferenciación entre literatura oral y escrita, porque si bien los indígenas no tienen producciones masivas de literatura escrita, si existe en el plano de los mitos y ritos, de los mecanismos propios de endoculturación.

- Pero tu escribes. ¿Lo haces en wayunaiki (idioma wayúu) o en español?

- Fundamentalmente y el mayor peso escribo en wayúu. Claro que uno es asaltado por las modulaciones de la vida bilingüe intercultural. De pronto uno u otro escenario poético uno los capta en un mundo no indígena.

Es posible que luego, entre líneas de la mayor producción wayúu, sea tomado y finalmente procesado y elaborado como texto poético de wayuunaiki (de raíz arawaka), partiendo de mi lengua original.

- ¿Cómo vez el desarrollo de la literatura de los pueblos indígenas hoy en Venezuela?

- Se están abriendo nuevas puertas. Por ejemplo la editorial Monte Ávila creó dos ediciones para indígenas de América y también se acaba de realizar el primer concurso de poesía de Venezuela para que las voces indígenas y mestizas puedan expresar sus voces ahí.

El primer premio correspondió a Morela Maneiro, de la etnia kariña, el segundo lugar a mi persona y el tercero a un amigo antropólogo, Omar González Ñañez.

- ¿Y en un contexto más amplio, latinoamericano?

- Siguiendo la tónica del proceso venezolano y el contexto latinoamericano, pienso que tenemos que seguir escudriñando caminos y voces para ir prendiendo motores en una situación de crisis de toda índole: ecológica, de valores, económica y ¿por qué no? ideológica y política.

En este sentido la poesía deviene como canto necesario, como espacio hacia la búsqueda de nuevas voces en pro de la redención terrenal y la integración latinoamericana y global.

Si hay una globalización homogeneizante, ¿por qué no luchar por una globalización diversificante y respetuosa de las alteridades?.

Este alerta contra la homogeneidad del pensamiento viene de una fuente confiable: un representante de aquellos aborígenes que durante 500 años han luchado por mantener viva una cultura que se quiso hacer desaparecer con el pretexto de la civilización.

Interpreto la valoración como expresión de los nuevos tiempos, al recordar que llegó a la universidad con vergüenza étnica de su idioma, como me dijo una vez Bermúdez, convertido hoy en exponente de una cultura humana y espiritual, que parece muy necesaria en estos tiempos.

Fuente: Prensa Latina

Entrevista/Senel Paz

Entrevista/Senel Paz

"Trabajo permanentemente con los mismos personajes" 

Miguel Lozano

Caracas.- Para Senel Paz -escritor y guionista- su nueva novela “En el cielo con diamantes” constituye un recorrido por la vida sentimental de los cubanos en los últimos años, un contexto ya presente en su primera obra, base del laureado film “Fresa y Chocolate”.

De visita en Caracas, donde participó en un encuentro de escritores cubanos y venezolanos, Paz aclara, sin embargo, que no se trata de una segunda parte de aquella historia sobre la relación de un homosexual y un heterosexual, convertida en una crítica a la intolerancia.

Más bien constituye un regreso en el tiempo a un momento anterior.

Interrogado sobre su reciente novela, precisó que se trata de una obra de 426 páginas que salió en España, editada por B. y Brugueras y circulará en abril en Portugal, en junio en Italia y posteriormente en Francia y Alemania.

“La novela -precisó- está escrita a dos voces por David, un joven idealista y sensible que aspira a convertirse en escritor y Arnaldo, pícaro y mujeriego, combinación que permite un recorrido por la vida sentimental de los cubanos en los últimos años”.

Paz apuntó que ambos personajes son conocidos por textos y películas anteriores (El lobo… y Fresa y Chocolate), pues “trabajo permanentemente con los mismos personajes”.

Precisó que desde el punto de vista de la anécdota la novela se sitúa en un momento anterior al de la película Fresa y Chocolate.

Su anterior publicación “El lobo, el bosque y el hombre nuevo” premio internacional de cuento Juan Rulfo, de Radio Francia Internacional, fue llevada al cine en 1993 por Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío con el nombre de Fresa y Chocolate.

Posteriormente escribió guiones de varias películas españolas y cubanas y ocupó la cátedra de guiones de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, Cuba.

Paz, quien parece uno de esos raros especimenes de escritores que no buscan las luces de los focos, considera que entre las tareas fundamentales de artistas e intelectuales está, además de la dedicación a su obra, “pensar nuestras sociedades y participar en las acciones que devienen de ese pensamiento”.

El autor de “El lobo, el bosque y el hombre nuevo”, que dio lugar a “Fresa y Chocolate”, film del cual también es guionista, consideró indispensable “la interacción desde el pensamiento y la acción entre los artistas e intelectuales latinoamericanos desde diferencias e incluso polémicas y antagonismos respetuosos y fértiles”.

En opinión de Paz, la interacción también es indispensable para el desarrollo cultural y espiritual de las sociedades y solo puede reportar enriquecimiento para artistas e intelectuales.

En su opinión el intercambio entre intelectuales cubanos y venezolanos realizado en Caracas va por ese camino. “Ocupar un lugar destacado no sólo corresponde a nuestro talento y la riqueza de nuestra cultura, sino también a nuestra sabiduría para trabajar con eficacia y proyectarnos en el mundo”.

“Proyectarnos de conjunto a través de nuestras individualidades y diferencias, que es donde está nuestra fuerza”, subrayó.

Paz también opinó que los artistas e intelectuales no deben canalizar sus diferencias, críticas e incluso antagonismos a través de la indiferencia, “porque la inacción nos empobrece y detiene a todos, nos extravía del camino de nuestros pueblos”.

Fuente: Prensa Latina

Al borde la línea estrena año cinematográfico venezolano

Al borde la línea estrena año cinematográfico venezolano

Caracas.- Al borde de la línea, ópera prima del director Carlos Villegas, inauguró un activo año cinematográfico en Venezuela con el estreno previsto de 36 filmes.

La perspectiva es la realización de tres veces más cintas que en 2006 (cuando se pusieron en cartelera 11 películas locales) 26 de ellas financiados con fondos gubernamentales.

En declaraciones a Prensa Latina, Villegas indicó que la obra abre numerosas expectativas para Él, luego de una carrera en la televisión y documentalística de México, país donde reside.

El cineasta precisó que espera proyectar la cinta inicialmente endiferentes festivales de Latinoamérica y luego en Europa.

El filme, presentado a la prensa anoche, incluye actuaciones de Daniela Bascopé, Jerónimo Gil y Roque Valero, jóvenes valores del cine y la televisión venezolanos.

El guión se asienta en la decisión de una joven mucama de hotel de citas decidida a cambiar el curso de su monótona vida en un pueblito del interior del país.

El gobierno venezolano, mediante el Ministerio de la Cultura y el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), otorgará en 2007 casi ocho mil millones de bolívares (más de 3,5 millones de dólares) para la realización de largometrajes, documentales y animados.

El presidente del CNAC, Luis Girón, indicó que la asignación se propone beneficiar a un mayor número de proyectos y democratizar el acceso a los financiamientos para incentivar el incremento de la producción nacional.

Los largometrajes de ficción a financiar serán Un lugar lejano, de José Ramón Novoa; y Boves, El Urogallo, de Luis Alberto Lamata. Asimismo, serán producidas dos ópera prima: Puras joyitas, de Henry Rivero; y Por un polvo, de Carlos Malavé.

Asimismo los documentales La reina del pueblo, de Juan Andrés Bello; Entre criaturas, de Lorenzo Vigas; Memorias del gesto, de Andrés Agusti; El patio de Sanoja, de Aldrina Valenzuela; Vivir o morir, de Patricia Ortega.

Otros documentales son, Tovar, un sueño del nuevo mundo de George Walker Torres; Los musiues, de Elíades Sayalero y Nuestra historia está en la tierra, de Eliézer Arias.

Asimismo ocho cortometrajes de ficción: La uva, de Alexandra Henao; Mujer del tirano, de Ernesto Solo; Chiqui chiqui bom, de Belén Orsini; Libre, de Natalia Machado; Llueve, de Alexis Méndez y Perolita, de Patricia Ortega.

La relación la completan los cortos El Café de Lupe, de Mariana Fuentes y Sin tu bendición, de Eduardo Troconis, el animado Big Band, de Daniel Calvo, y los documentales Penumbra en la noche, de Franco de Peña; y Encuentro con el pueblo wayúu, de Joaquín Cortés.

El apoyo irá también para la coproducción minoritaria Al rojo vivo, y dos terminaciones de largometrajes: María Lionza, de John Petrizelli y Cyrano Fernández, de Alberto Arvelo.
Fuente: Prensa Latina

Entrevista/Música Expresiva

Entrevista/Música Expresiva

Beatles en Caracas

Por Miguel Lozano

Caracas.- Al margen de divisiones entre clásico y popular, el grupo de cámara venezolano Música Expresiva rinde tributo al eclecticismo con ejecuciones de obras de los Beatles con el cuatro venezolano como invitado de honor.

     Los cinco talentosos músicos reúnen –entre otros- flauta traversa, violoncello y corno francés, con guitarra electroacústica, percusión y cuatro, un instrumento nacional en período de auge y reconocimiento.

   Intérpretes virtuosos de la música del cuarteto británico, lo que los llevó a ser escogidos para tocar en el mítico club The Cavern, en Liverpool, Música Expresiva logra un acercamiento fresco a las conocidas melodías, con arreglos propios desde lo clásico al jazz.

   De ellos se ha dicho que interpretan a los Beatles como si se tratara de Mozart, lo que ilustra el respeto del acercamiento, lo cual es válido también para la cuidadosa inclusión del cuatro, un instrumento que quizás el cuarteto de Liverpool nunca conoció.

   Más allá de una visión oportunista que lleva a algunos a la introducción de instrumentos locales en grupos de rock a la salsa, la experiencia de Música Expresiva demuestra la universalidad de los Beatles y la versatilidad de la guitarrilla venezolana.

   Descendiente de la guitarra española, reducido y limitado a cuatro cuerdas en Venezuela,  el cuatro estuvo muchos años marginado de escenarios de nivel, pero hoy no es difícil escucharlo en teatros como el Teresa Carreño y otros de rango similar.

   Eduardo Arias es el primer corno de la Orquesta Sinfónica de Venezuela y director de la Coral de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central, pero en Música Expresiva toca, además, la guitarra y desde muy recientemente el cuatro.

   En entrevista con Prensa Latina, al término de una interpretación del grupo en el Museo del Teclado de Caracas, Arias explica que la introducción del instrumento busca darle un “toque” venezolano a los arreglos de las composiciones de los Beatles .

  Precisa que, además de en We can work it out, interpretada en el Museo del Teclado, lo incorporaron a Norwegian Wood, están haciéndolo con She´s living Home y esperan seguir haciendo con otras piezas para “meter” el ritmo venezolano.

   El músico opina que la iniciativa se integra al reciente auge del cuatro en el país, que ha propiciado “una difusión increíble y permite darse a conocer a excelentes cuatristas”.

   Para arias, es un proceso reciente y muy positivo porque se trata de un rescate de los valores nacionales.

   Interrogado al respecto, opina que “puede que tenga mucho que ver” la revalorización del instrumento criollo con la política cultural oficial que, entre otros aspectos, estableció la obligatoriedad a las emisoras de difundir un 50 por ciento de música venezolana.

   A ello, opina, se suma la capacidad del cuatro para interpretar diferentes géneros.

   Sin embargo, sería inexacto si quienes no han oído a Música Expresiva pensaran en un acercamiento folklórico a los Beatles, porque se trata de una experiencia mucho más amplia que va a la esencia de la música mágica de los cuatro fabulosos y la recrea.

   Así, I will se convierte en un bossa nova y Hard day´s night sirve para destacar la cualidades jazzísticas de la cantante Leonor Jove, apoyada en las posibilidades de registro de su voz, mientras en otras interpretaciones llega la candencia del reggae jamaicano.

   Asdrúbal Urdaneta se inició como violoncellista en varias orquestas sinfónicas, pero luego su inclinación por el pop-rock lo llevó a formar Música Expresiva con Gerardo Avendaño y Freddy Guzmán.

  Avendaño, vibrafonista y compositor, aporta a la rítmica la combinación que él mismo denomina “etnobatería” con instrumentos de percusión de varias regiones del mundo, mientras Guzmán tributa su guitarra y voz.

   Urdaneta recuerda que en el año 2000 comenzaron a fusionar música clásica y rock y necesitaron dos elementos importantes, por lo cual incorporaron a Leonor como cantante y a Eduardo con el corno francés, instrumento muy utilizado por los Beatles en su última etapa.

   Desde entonces quedaron integrados en Música Expresiva, formación con la que fueron seleccionados en la Primera Semana Beatle Latinoamericana de Buenos Aires en 2001 para tocar en The Cavern, donde el cuarteto británico realizó mas de 200 presentaciones.

   Para Urdaneta resulta particularmente atractivo el hecho de no hacer versiones, sino interpretaciones de la música de los Beatles, sobre todo de la etapa luego de 1966 cuando incorporaron más instrumentos sinfónicos: flauta traversa, violencello y corno francés.

   Tanto para los viejos y nuevos “beatlemaniacos”, como para los seguidores de las interpretaciones clásicas, Música Expresiva es una experiencia agradable, que según los proyectos deberá quedar plasmada en su primer disco en un futuro inmediato.

(Publicado por Prensa Latina)

Entrevista/Beatriz Bermúdez/Antropóloga

Entrevista/Beatriz Bermúdez/Antropóloga

La palabra invisible

 

Miguel Lozano


Caracas .- A menudo los latinoamericanos citamos, aún los menos pretenciosos, a escritores  de otras lenguas como José Saramago, Dan Brown y Wole Soyinka, exponentes de literaturas conocidas, más allá de sus diversos valores.
   Menos mencionamos a Humberto Ak'abal o José Ángel Fernández Silva Wuliana, aunque se trata de dos poetas -guatemalteco uno y venezolano el otro- con obras en dos lenguas ancestrales de la región: Maya k´iche´y wayuunaiki, respectivamente.
   Se trata, indudablemente, de los resultados de un intento de cinco siglos por hacer desaparecer una cultura que en un inicio los europeos conquistadores consideraron pagana, como mínimo, y siguió siendo un signo del pasado en la era post-colonial.
   Como consecuencia, muchos escritores indígenas son hoy invisibles para el gran público latinoamericano, pese a ser capaces de escribir visiones poéticas en su propia lengua y traducirlas al español, idioma en el cual se pretendió hacerlos pensar.
   K'o. quuriqa/ kintzolqomij RI nube/ xa jewa´ kinnatisaj jun jun jasach/ Weta xata kolon kinbin chonuwech/ kinwin nek´ uri kinbij chawe jas ri´/ ri´ ucholaj RI sachibal jolom, escribe Ak´abal y traduce:

    De vez en cuando/ camino al revés/ es mi modo de recordar./ Si caminara sólo hacia delante/ te podría contar/ como es el olvido.
   El guatemalteco, autodidacta, afirma: La escuela de mi habla es el pueblo, quien se interne en mi poesía no encontrará calzadas sino caminos y veredas de tierra; mi voz es de maíz, en ella no hay jaulas, porque sus pájaros son libres, los animales mantienen su salvaje belleza.
   Férnandez Silva Wuliana, sociólogo y magíster en Antropología, remonta el pasado para escribir su Aaliipalajanaa o Guardamor: Achajaashi talla suchiki kama´ airu a´anuushi/ taainjiainjatu wanee aaliipalajanaa/ suka shiyaakuwa pu´walakii.

    Busco antigua urdimbre/ para tejer un guardamor/ con la imagen
de tu cabellera.
   Ambos poetas constituyen la proa de un proyecto literario ambicioso, la colección Waanuku Nuestra Palabra de la editorial Monte Ávila (Caracas) para llevar al público obras bilingües de las literaturas indígenas americanas
   Beatriz Bermúdez, creadora y directora de la colección, explicó a Prensa Latina que un propósito de la iniciativa es echar por tierra estereotipos subsistentes sobre los indígenas y sus idiomas, un lastre para el amplio conocimiento de estas expresiones culturales.

   En relación con la poesía, Bermúdez –antropóloga, realizadora y editora- considera existe “una novedosa corriente creativa”, si bien el género no era propio de las culturas aborígenes americanas, aunque su lenguaje tiene una gran carga poética y simbólica.

   Para ellos –apuntó- la poesía es un nuevo género literario, a partir del reencuentro con su idioma original, como ocurrió en el caso de Fernández Silva Wuliana, quien llegó a la universidad con vergüenza étnica de su idioma.

   En su criterio, la creación de alfabetos indígenas facilitará la expansión de sus literaturas, a partir de que algunas de esas lenguas no tenían escritura y otros usaban complicados símbolos.

  La especialista diferencia radicalmente esta iniciativa con intentos anteriores aplicados por “occidentales” como el Instituto Lingüístico de Verano, cuyo propósito era simplificar la lengua con el único propósito de facilitar la lectura de la Biblia.

   Esta nueva búsqueda, por el contrario, trata de hallar formas para facilitar el conocimiento de la belleza literaria de esas lenguas, su riqueza idiomática y la exuberancia de sus giros.

   Aún existen, en su criterio, variaciones sutiles para lograr un sistema de escritura reconocido, pero ello se manifiesta en otros casos como el español, cuya gramática requiere años de estudios.

   El idioma, sostiene, es una fuerza política en la lucha de los pueblos indígenas, para los cuales resulta revitalizador hablar su lengua y ganar el reconocimiento negado durante siglos.

   La colección Waanuku Nuestra Palabra tiene previsto continuar con una recopilación de cantos shamánicos kuna (etnia establecida en territorio panameño) una obra del ecuatoriano Ariruma Kowi y una antología de cuatro mujeres indígenas canadienses.

   Para muchos autores de grupos aborígenes, hacer literatura hoy es desandar el camino del desarraigo y descubrir sus propios valores y el caudal poético de sus idiomas.

   Como diría Fernández Silva Wuliana: “Yo no hago poemas, sólo hablo en wayuunaiki (de raíz arawaka) lo que he aprendido de mis antecesores”.

   El acercamiento a las literaturas indígenas (en plural, recalca Bermúdez) viene a llenar un vacío de nuestro cultura originaria, con sorprendentes expresiones poéticas, si sabemos liberarnos de nuestros prejuicios de “alijunas” (no indígenas).

Ml

 

  

  

   

  

El regreso de Gloria Stolk, de Santo Domingo a Caracas

El regreso de Gloria Stolk, de Santo Domingo a Caracas

Miguel Lozano

 

Caracas.- Gracias a la magia del libro, Gloria Stolk (1912-1979) acaba de regresar a su Caracas natal, como si recién llegara de Santo Domingo con cuentos recién escritos entre platos de sancocho y chivo picante.

   La historia cuenta que consolidada ya su fama de escritora en Venezuela viajó como diplomática a República Dominica, de donde regresó con un informe excepcional: 11 cuentos y una noveleta que publicó con el nombre de Cuentos del Caribe.

   Es probable que, como corresponde a su cargo, asistiera a recepciones de especialidades francesas y wisky de 18 años, pero como los buenos poetas –aunque escriban prosa- también debió haber bebido cerveza metida en un cartucho, en algún “colmado” popular.

   Las historias presentadas por Monte Ávila Editores en la instauración de la Cátedra Fundacional de Periodismo “Gloria Stolk”  son reflejo de un acercamiento que fue mucho más allá de la vida a veces ajena de los diplomáticos.

   Sus cualidades de “mujer de hondo señorío, de especial gracia, de profunda cultura”, al decir de Roberto Lovera de Sola, quedan reflejadas en esta perla literaria de Gloria Pinedo de Marchena (quien firmó casi todos sus libros con el apellido Stolk).

   Esta obra, en específico, refleja la capacidad de internarse en el Caribe mágico y real, donde los niños pueden tener grillos y mariposas en la cabeza (Grillos y mariposas) o las doncellas un cantar compulsivo (Así me dijo el mar).

   La autora nació en Caracas por decisión de sus padres y el destino, pero murió en la misma ciudad por voluntad propia, luego de 67 años de una activa y prolífica vida intelectual en la que dejó sentada las posibilidades de la mujer en la literatura venezolana.

   Novelista, poeta, crítica y ensayista, Stolk dejó una obra profunda y re-editable, como estos cuentos caribeños, que llevan al lector de la mano del amor, el erotismo y el humor por el Caribe que como gestor emocional va más allá de una zona geográfica.

   En el campo de la novela dejó Diamela (1951), Bela vegas (1953), Amargo el fondo (1957), Cuando la luz se quiebra (1961) y La Casa del Viento (1965).

   Publicó narraciones cortas bajo los títulos de Los miedos (1955), Ángel de Piedra (1962) y Cuentos del Caribe (1975), así como los poemarios Rescate y otros poemas (1950) y Cielo Insistente (1960), además de ensayos y su antología América cuenta (1965).

   En sus Cuentos del Caribe, de nuevo a disposición de los lectores latinoamericanos, Stolk logra, desde su óptica femenina y con un lenguaje impecable y sin rebuscamiento, presentar lo real-maravilloso que definiera Alejo Carpentier.

   Con fino erotismo narra historias como la del evangelista que cambia su obsesión bíblica por una mujer de labios carnosos, con piel como la arena de la playa, que canta como las palmeras, con sangre más ardiente que el sol (Samaná, Samaná)

    La tragedia (La frente de vidrio y Duke Goombay) y el humor (El gallo loco) forman parte también de la colección caribeña de Stolk, muestra de una literatura a ratos irreverente, de buena factura e indudable actualidad.

Ml

 

Entrevista: Sir Augusto Ramírez

Entrevista: Sir Augusto Ramírez

Jazz con cuatro

Miguel Lozano/Foto: Alberto Corona

Caracas.- "El cuatro está viviendo uno de los mejores momentos", asegura Sir Augusto Ramírez, entusiasta promotor de este instrumento venezolano, quien al tiempo que defiende la tradición lo incorpora en su grupo de jazz.

Nacido en el estado Anzoátegui, Ramírez es egresado de los conservatorios nacionales de música Juan José Landaeta y José Ángel Lamas de Caracas, fue violinista de la Orquesta Nacional Juvenil de Venezuela y docente con más de 30 años de experiencia.

Sin embargo a Sir Augusto se le conoce hoy más por su afanes a favor de la música tradicional y su presidencia de la fundación Su Majestad el Cuatro y la Asociación Nacional de Cuatristas.

Al tiempo que organiza encuentros nacionales, festivales y talleres, sobre todo dirigidos a los jóvenes, el músico venezolano encabeza un novedoso proyecto en el cual el cuatro -guitarrilla de cuatro cuerdas- es el actor principal: Sir Augusto Ramírez y su Raku´s Jazz.

En entrevista con Prensa Latina, Sir Augusto -como popularmente le llaman sus seguidores- asegura que el salto se debe a varias razones, entre ellas la versatilidad de la guitarrilla venezolana y las opciones de improvisación del instrumento y de la música nacional.

- ¿No teme que sea vista de forma inapropiada esta incursión del instrumento musical venezolano en el jazz, como otras que se hacen actualmente en el pop y otros géneros?

- No hay que verlo con malos ojos. Lo que hay es que siempre guardar respeto por las composiciones de los autores y engrandecer y embellecer las obras. No podemos quedarnos sentados y que el mundo siga rodando, tenemos que ir a la par de la evolución.

- ¿Pasa lo mismo con su incursión en el reaggaetón?

- Por eso interpreto Pajarillo Reaggetón (de su autoría). Ahorita esa expresión esta de moda . de repente de aquí a un mes a la gente se le olvidó, como ocurrió con La Lambada. Esto puede suceder, lo que no pasan son las raíces autóctonas y verdaderas de la música tradicional.

- ¿Fue difícil incorporar el cuatro al jazz?

- En absoluto. La música venezolana está llena de improvisaciones. Cada vez que uno toca música venezolana con el arpa, la bandolina, el cuatro, la toca distinto y sobre la base de improvisaciones, de allí que es muy fácil para los venezolanos y latinos en general hacer jazz.

Cierto que es novedoso mezclar el cuatro con instrumentos de banda de jazz, pero es muy versátil y nos permite combinar la música de ese standard con la venezolana y latina en general.

- ¿Desde el principio estuvo el cuatro incluido en el grupo? ¿Cómo fue la aceptación del público y la crítica?

- Desde el principio tuvimos el cuatro. Pareciera mentira, pero ha habido una aceptación positiva a nivel de los conciertos y buena crítica: si hay opiniones malas no me las han expresado.

- ¿Qué momento vive el cuatro hoy en Venezuela?

- El cuatro está viviendo uno de los mejores momentos. A través de la fundación Su Majestad el Cuatro de la Asociación Venezolana de Cuatristas, que yo presido, tenemos más de 450 afiliados a nivel nacional. Hay un gran auge sobre todo entre los jóvenes.

A mediados de octubre en el centro de arte La Estancia, nuestra sede, culminamos los talleres de segundo y tercer niveles y X encuentro de Cuatristas "Fredy Reyna" a nivel nacional.

- ¿Ha influido en el auge la Ley Resorte, que obliga a colocar el 50 por ciento de música nacional en las emisiones radiales?

- No solo el cuatro, pero en mi opinión, hay una contradicción: la radio debe aupar la música venezolana y darle oportunidad a los jóvenes y los que graben música nacional, pero no porque los obliga una ley.

La ley no debería existir, sino la conciencia de cada uno de nosotros y que sea por voluntad propia.

- ¿Cuántos cuatristas tiene hoy la Asociación?

- Tenemos 450 inscriptos, pero pensamos que hay otros 450 cuatristas que no conocemos, por eso hacemos encuentros por estados: en Anzoátegui ya vamos por el quinto, también en Falcón, Miranda, Nueva Esparta, Cojedes, Barinas...

En Raku´s (palabra japonesa para jolgorio, fiesta) el cuatro reina en medio de teclados, bajo, percusión, batería y flauta, con un repertorio que incluye desde Satin Doll (Duke Ellington), hasta Lágrimas Negras (Miguel Matamoros), pasando por interpretaciones propias.

El grupo se integra a una corriente creciente en el país con la presencia del instrumento venezolano en música de cámara (Ensamble Catako), pop (Rafael "El Pollo" Brito), global (Baraka) y hasta versiones de los Beatles (Música Expresiva).

Con arreglos propios Raku's Jazz interpreta piezas del cancionero venezolano, internacional y de Sir Augusto, que cuenta con un centenar de obras de géneros venezolanos, como joropos, aguinaldos, parrandas, gaitas y bambucos.

Escuchar a Rakús, con arreglos sencillos en los cuales predomina la alegría característica del cuatro, constituye una experiencia desintoxicante para las presiones propias de la vida moderna y una reafirmación de la actualidad y versatilidad del cuatro venezolano.

Ml

Brisa sudamericana para Rolling Stones

Brisa sudamericana para Rolling Stones Miguel Lozano
Caracas.- Como brisa que refresca dos o tres generaciones, Bossa N´Stones pasea por Sudamérica su ingeniosa combinación de bossa nova y el rítmico blues de los Rolling Stones y su rock agrio, alguna vez satánico.

Producidos por el argentino Miko Jackson, Bossa N´ Stones llegó al espectáculo precedido del discreto encanto de sus tres discos: dos dedicados a los Stones y el tercero a la música de Bob Marley, con una mezcla de bossa nova, tecnología y pop.

Revoltijo sin adulterio, la extraña combinación que seguramente no pensaron Mick Jagger y Keith Richards ni en sus más diabólicos sueños, tiene la virtud de convocar fantasmas y renovarlos para aquellos marcados por la llamada década prodigiosa.

En Buenos Aires, Montevideo, Caracas y Bogotá el experimento logró unir a amantes del rock y del bossa nova, jóvenes partidarios del tecno y melómanos trasnochados siempre dispuestos a escuchar los novedoso si tiene sonido.

Jackson, por su parte, estima que no ha hecho nada nuevo, más allá de conjugar elementos antagónicos como la ferocidad de "sus majestades satánicas" y el gozoso bossa nova, tal como una vez se mezclaron el blues y el country.

Aunque los discos de Bossa N´ Stones fueron grabados por grupos distintos, la presentación en vivo se realiza por una selección de argentinos y brasileños, en la cual sobresale Aneka, mujer capaz de convertir en melodía la gangosa voz de Richards (Wild Horses).

Pero más allá del interés por lo desconocido, los críticos sudamericanos aceptaron Bossa N´ Stones como un experimento válido y relajante, hasta cuando interpretan Jumping Jack Flash.

Quienes vibraron una vez con Ruby Tuesday o As Tears Go By, vuelven a sentir
emociones similares con las interpretaciones de este grupo amalgama, con arreglos más allá del límite que sin embargo no se apartan de la esencia.

Habría que detenerse en algunas interpretaciones como Angie, donde el piano sustituye a la guitarra y Aneka, con una voz susurrante y sensual, reinventa a Jagger para ofrecer una versión jazzística y, sin embargo, seguir siendo Jagger.

Miss You, Fool To Cry, Out of Time, son también piezas brillantes con igual desdoble y, por supuesto, la infaltable (I can´t get no) Satisfaction, rollingstoneana hasta los huesos, aún sin "fuzz bass", lo mismo que la versión samba de Simphaty for the Devil.

Como los Rolling Stones han sido irrespetuosos por naturaleza (al menos hasta que las arrugas cruzaron sus caras) nadie podrá acusar a los músicos sudamericanos de irreverentes por convertir en distinción y elegancia la música que alguna vez pretendió ser satánica.

Rescate emocional, título de una de las canciones de Jagger-Richards rediseñadas ahora, pudiera ser una buena definición para el regreso de los Stones de mano de los sudamericanos envueltos en el proyecto Bossa N´ Stones, una visión fresca de la década prodigiosa.

Ml

Entrevista/Sheroanawe Hakihiim

Entrevista/Sheroanawe Hakihiim

Literatura en papel de plátano

Miguel Lozano

Caracas.- Sheroanawe Hakihiim, de marcados rasgos yanomami, se convirtió en hacedor de papel, material cada vez más requerido por los indígenas venezolanos como parte de los programas educativos que también llegan a los pueblos ancestrales.

Para ello utiliza una antigua tecnología y aprovecha fibras de plátano, onoto (Bixa orellana, árbol utilizado ancestralmente para pintarse), majagua y otras cortezas y desperdicios de cualquier tipo de pulpa.

Sheroanawe cargaba sus inquietudes literarias en su comunidad de Platanal, alto Orinoco, estado venezolano Amazonas, hasta que conoció la técnica aprendida por varios miembros de su comunidad 15 años atrás, gracias a un episodio digno de un mito.

El caso es que el papel llegó a Platanal luego que la artista plástica mexicana Laura Anderson decidió aprender de los ye´kuana a construir una curiara, embarcación para la navegación fluvial amazónica.

Recelosos por tantas veces engañados, los indígenas se negaron, pero la insistente artista halló una salida, cercana al chantaje: el intercambio de conocimientos. Ellos le enseñaron a fabricar su curiara y ella les mostró como hacer papel.

El resultado es la existencia en Platanal de un proyecto autogestionario que viabiliza las inquietudes artísticas, contribuye a perpetuar la cultura local y proporciona ocupación a los integrantes de la comunidad.

Hoy Sheroanawe experimenta con nuevas texturas y a veces viaja a Caracas para dar a conocer sus resultados: libros artesanales que han ganado el reconocimiento de coleccionistas de Estados Unidos y otros países y de las autoridades culturales venezolanas.

Shapono (casa comunal), la historia de la primera construcción de este tipo, según un mito yanomami, fue ilustrada por niños de Platanal y obtuvo un éxito inesperado: El Centro Nacional del Libro lo reconoció como mejor obra artesanal en 1999.

La historia relata la construcción del primer shapono según las enseñanzas de Omawë y Yoawë, como tal vez un día se haga con la nueva tradición de la llegada del papel a Platanal de la mano de Anderson.

La propuesta es apoyada por la antropóloga Beatriz Bermúdez, para quien es hora de dar a conocer las literaturas indígenas americanas, con toda la fuerza y vitalidad que no pudieron arruinar cinco siglos de subordinación a la llamada cultura occidental.

En una mañana otoñal, cuando el tráfico de la ciudad parece cercano al colapso total, Sheroanawe coloca sobre una mesa de un hotel capitalino rodeado de cristales y concreto, sus papeles de diversas texturas, con dibujos simbólicos yanomami.

De su mano, el citadino recibe los legados de la selva, expresión del triunfo de una resistencia indígena de cinco siglos que sobrevivió a la espada de los conquistadores, la cruz de los europeos y la evangelización de los estadounidenses.

El papel de Sheroanawe es una reafirmación de los orígenes de Omawë y Yoawë sobre las biblias sajonas, los narcotraficantes, mineros ilegales, contrabandistas y aventureros de toda índole en su intento de controlar la vida de la Amazonia.

Las palabras sobre papeles de plátano demuestran que se trata de expresiones de una cultura viva, mucho más apreciable que en museos, para dar forma escrita a mitos orales y comenzar a narrar historias actuales.

Iniciativas como la de Platanal, sustentadas en una política oficial de reconocimiento y respaldo a los indígenas, deberá contribuir a interrumpir el proceso acelerado de desaparición de las culturas autóctonas americanas.

Algunos entusiastas como Bermúdez, piensan en un futuro no lejano cuando un indígena americano llegue a obtener logros como el Nobel de Literatura, siguiendo una pauta trazada por otra cultura que también se pretendió hacer invisible como la africana.

Por lo pronto, en papel de plátano, onoto o simplemente reciclado, rústico y áspero, van saliendo de la selva palabras nuevas, que alguna vez fueron viejas y viajan hacia el reconocimiento de una literatura ancestral todavía por descubrir.

Ml

Entrevista/Héctor Oropeza/cuatrista

Entrevista/Héctor Oropeza/cuatrista

Su majestad el cuatro

Miguel Lozano

Caracas.- De acompañante a solista y de hijo menor de la guitarra a instrumento rey venezolano, el cuatro vive hoy momentos de auge y convoca a públicos de todas las edades, garantía de arraigo y permanencia.

Llegada a Venezuela como la guitarra del Renacimiento, según algunos estudiosos, pero con sólo cuatro cuerdas, hoy nadie duda en el país sudamericano que se trata de un valor nacional, con posibilidades enormes, todavía por descubrir en el exterior.

Prueba de ello fue la celebración los días 14 y 15 de octubre en el Centro de Arte La Estancia de Caracas del X Encuentro Nacional de Cuatristas "Freddy Reyna", con muestras de diversas modalidades.

Para Héctor Oropeza, ejecutor, primero autodidacta y luego con la enseñanza del profesor Víctor Julio González, el auge del instrumento se debe en parte a su versatilidad y también porque "Cada venezolano tiene en el fondo esa alma de cuatrista".

En conversación con Prensa Latina, al término de su actuación en La Estancia, Oropeza se declara entusiasmado por la cantidad de intérpretes, incluyendo niños, apoyados por fundaciones y talleres.

"Hay un gran auge, viene mucha gente, personas mayores dicen que se sienten felices", expresa el músico quien al mismo tiempo considera peligroso lo que denomina el "adoctrinamiento" de algunos maestros que quieren imponer su estilo propio en su taller o cátedra.

"Tenemos virtuosos en un estilo, pero no lo son al mismo tiempo en todos los que puede desarrollar el cuatro, un instrumento muy versátil" en opinión de Oropeza.

Otra tendencia a combatir, según su criterio, es la de actuar como solistas y abandonar la vertiente del acompañamiento. En mi caso -explica- toco con el grupo Ensamble Cumañí, el cual incluye voces, violín y mandolina, y en algunos casos hago el trabajo de solista.

Recordó que la introducción del cuatro como solista es relativamente nueva, a partir del trabajo del maestro Jacinto Pérez "El rey del Cuatro", un autodidacta que empezó a experimentar con sonidos y hacer algunos acompañamientos punteados.

Esa técnica la desarrolló posteriormente el maestro Freddy Reyna quien estableció cambios en la afinación (tradicionalmente la re fa si) al poner la última cuerda octavada, para apoyar el punteo.

Más reciente Hernán Gamboa aplicó la técnica de rasgar-puntear, parte de la evolución del instrumento nacido armónico y acompañante.

Interrogado sobre la introducción del cuatro en la música pop, como hace el músico venezolano Rafael "El Pollo" Brito, Oropeza expone sus dudas sobre la conveniencia de ese salto.

"Yo respeto al Pollo Brito y algunos de esos que hacen neofolklore. Es una forma comercial de promocionar lo nuestro, pero se corre el riesgo de perder las raíces en un proceso de comercialización: no estoy de acuerdo como ejecutante, músico ni crítico" apunta.

Para Oropeza hay una enorme variedad de géneros nacionales y "Esa música (neofolklore) niega a los cultores musicales con experiencia y la música que tiene que ver realmente con nuestra cultura".

Pero otros, como Felipe Antero, luthier y creador del cuatro utilizado por Oropeza, estiman que el trabajo de Brito sí apoya la expansión, que se aprecia hoy en la cantidad creciente de niños con sus instrumentos por las calles de las poblaciones venezolanas.

El Pollo, explica, es un magnífico instrumentista, compositor y arreglista. El vio una manera de llamar la atención de las emisoras de radio y lo hizo de una forma muy simpática.

Sí, es una especie de avance del conocimiento internacional del cuatro, que ya tiene su auge en Europa, sobre todo Francia y España. Lo que sucede es que aquí su manera de tocarlo se ve como forma de llamar la atención y en Europa ese estilo es aceptado como "tropical".

Pero para promocionar el cuatro a nivel internacional Oropeza considera más conveniente impulsar encuentros como el de La Estancia a los cuales, dice, a veces no se les da toda la importancia debida.

Según su criterio, un elemento importante del auge del cuatro en Venezuela es la adopción de la llamada ley resorte, aprobada en el mandato del presidente Hugo Chávez, que obliga a difundir en los programas musicales un 50 por ciento de producción nacional.

Sin dudas la ley tiene que ver, explica Oropeza, sólo que a veces algunos medios, sobre todo lo poderosos, la desvirtúan y colocan música que realmente es venezolana, pero la más estridente.

Al mismo tiempo opina que otros medios, sobre todo los estatales, tomaron la disposición con responsabilidad y promueven el cuatro y las variaciones de los muchísimos géneros nacionales existentes.

Más allá de coincidencias y discrepancias y la confirmación que sin contradicciones no hay cambios, la actualidad del cuatro en Venezuela demuestra es un instrumento vivo, arraigado y apoyado por políticas culturales oficiales.

Puristas e innovadores, acompañantes y solistas, tienen en la pequeña guitarra venezolana un instrumento de expresión en auge y con buen futuro, para el goce de una población que gusta cantar sus historias, amores y desventuras.

Ml